miércoles, 31 de agosto de 2016

Peña Nocturno y elegía, en agosto


Encendió el fin de verano en Guáimaro


Una colaboración de Odalys Leyva Rosabal, presidenta del Grupo Décima al filo y miembro del Grupo Ala Décima

El ambiente guaimareño, sofocado por un calor extremo los últimos días de agosto, gozó la noche del jueves 25 una oleada de júbilo y poesía, que tuvo su origen en un momento de deleite para los amantes del arte y la literatura en Guáimaro: la peña literaria Nocturno y elegía. Celebrada casi todos los meses del año, bajo los auspicios del Centro Provincial del Libro y la Literatura de Camagüey, la peña tuvo esta vez como escenario el hogar de una familia que ha acogido y animado en la última década verdaderos hitos para la cultura en el territorio: la casa número 36 de la calle San Miguel, en la comunidad de Guáimaro Sur colindante con el barrio del Cementerio. Los generosos anfitriones: la escritora, investigadora y promotora de la cultura Odalys Leyva Rosabal, y toda su familia, quienes con el apoyo financiero del Frente de Afirmación Hispanista de México (FAH) han propiciado un espacio que aspira a convertirse en el Centro Cultural Guaimareño José Vasconcelos, proyecto comunitario que funciona desde hace varios años como espacio generador y facilitador de actividades y eventos culturales de diversa índole.

Como cada edición, Nocturno y elegía aglutinó una parte considerable de la vanguardia artística local: una veintena de escritores, artistas de la plástica y músicos, se vieron acompañados de familiares, amigos y amantes de las artes en la comunidad, hasta casi alcanzar el medio centenar de personas en esta versión de la peña. La conducción del espacio estuvo a cargo del escritor e investigador Desiderio Borroto Fernández, también director de la Casa de Cultura de la localidad, quien ofreció diversos comentarios sobre el quehacer cultural guaimareño y sus protagonistas, y dio paso a los artistas invitados. Así, se sucedieron lecturas de versos por las poetisas Mirian Estrada, Odalys Leyva y Nitza Núñez (quien, además, recibió aplausos por la muy reciente publicación de su primer libro: el poemario para niños Una boda en Charca Dulce, fruto de la editorial camagüeyana Ácana), mientras el profesor y poeta Diusmel Machado recomendaba al público la lectura de libros como el decimario Manual de las ilusiones, del joven autor villaclareño Idiel García, título disponible en las librerías cubanas.

El regalo siempre imprescindible de la música se agradeció esta vez a profesionales y aficionados, niños y adultos. Fue el jovencito Alejandro Miguel González, estudiante de la Escuela Profesional de Arte en Las Tunas, quien abrió el telón de la noche al interpretar una balada de su inspiración. Otra niña, de excepcionales cualidades vocales y muy conocida ya en Guáimaro, Ketty Viltres Blanco, interpretó dos piezas: una del repertorio popular mexicano y un lindo homenaje a La Guantanamera. Agradable fue la incursión del destacado poeta Randoll Machado ahora como trovador, y muy aplaudidas tanto su guaracha humorística La Santanica como su balada a Merlyn, joven esposa y madre de una preciosa bebé. El agasajo musical se completó con el talento de jóvenes profesionales como el saxofonista Reyder Borrego –quien ofreció la pieza Mambo influenciado, del maestro Chucho Valdés— y el trovador e intérprete Pedro Yair Mayedo, uno de los jóvenes músicos más importantes en el escenario cultural guaimareño de los últimos años. La presencia del percusionista Leonardo “Lalo” Pérez y Ricardo Huerta Estrada –director de la agrupación de música popular La Tropa– fue asimismo agradecida por el público.

Los peñistas participaron también en varios momentos de reflexión y diálogo sobre el entorno de la cultura en la localidad y sus desafíos. Especialmente, la peña giró alrededor de los frutos del movimiento de creadores de las artes plásticas y su estrecha relación con el movimiento literario, es decir, las dos más relevantes y sustantivas manifestaciones artísticas en Guáimaro. El debate abordó temas como la significativa realización del Festival de Body Art desde hace ya nueve años en la localidad; y además tocó puntos álgidos como el tradicional Salón de Décima Mural, cuya permanencia está seriamente amenazada por la incomprensión de algunos funcionarios, y en cuya defensa se movilizan ya los artistas y escritores locales. Ello dio pie a diversas intervenciones como la del ceramista, dibujante y poeta Manuel Acosta, quien propuso festejar la celebración del Día Mundial del Arte (el 15 de abril, natalicio de Leonardo Da Vinci) a partir del próximo año en Guáimaro. La estrecha e indisoluble compañía de los escritores y artistas de la plástica guaimareños, se reveló en la peña como una de las trincheras más sólidas con que cuenta nuestra cultura y el orgullo del pueblo guaimareño para salvaguardar su identidad.

En fin, entre repetidos brindis (tacitas de licor, refrescos de fruta y café) que aliviaron una sofocadísima sala (pues ni ventiladores ni el equipo de climatización bastaron para atenuar el calor encendido), y animados intercambios entre artistas y gente querida, la peña Nocturno y elegía regaló otra vez una noche para recordar. Así lo atestiguaron el director de la emisora de radio local, Héctor Espinosa Sánchez, y el periodista Evelio Hernández Ramos, quienes también disfrutaron cada instante y comunicaron sus incidentes en vivo a todo el pueblo guaimareño través de Radio Guáimaro.









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