…Sobre mi monte soldado…
Por Zucel de
la Peña Mora
Tomado del Periódico 26
Tomado del Periódico 26
Las Tunas.—
Dicen que se puso muy contenta, y no era para menos. Había ganado el tercer
premio en el Concurso Internacional Guayasamín, convocado para homenajear a
Fidel Castro en su cumpleaños 70 por la Fundación que lleva el
nombre del famoso pintor ecuatoriano.
De la noticia
supo al día siguiente de publicarse los resultados. Estaba en Camagüey, con
fiebre, y solo la creyó cuando le enseñaron el periódico.
No se trataba
de décimas salidas del oportunismo o la esperanza solitaria de engordar el
bolsillo. Ella sentía aquellas palabras. Admiraba, quería al hombre del
Moncada. Las había escrito en 1984.
Nacer en un
hogar sumamente humilde la llevaba a agradecerle muchas de las victorias de su
vida. En respuesta, entregó a Cuba su literatura, y momentos como la
participación en la Campaña de Alfabetización.
Era una
poetisa en toda el alma de la palabra. La feminidad y el erotismo pondrían
algunas constantes de su diálogo con las musas. Incursionó además en la
narrativa y la literatura infantil.
El galardón
del país latinoamericano llegó cuando ya había publicado cuatro libros y
obtenido otros laureles. Estaba lejos de ser una improvisada como el rotativo
Nuevo Herald sugirió al saber que tenía como profesión Médico especialista en
Medicina del Trabajo, labor en la que se desarrolló por más de dos décadas. El
autor del escrito obvió un detalle: miembro de la Uneac.
Por el premio
fue a Quito, estuvo por siete días junto a la familia Guayasamín, asistió,
incluso, a una boda. Al regresar dijo que habían sido muy cariñosos con ella.
Trajo como cetro un cuadro original del gran artista con la imagen del Líder
cubano. Tiempo después sufrió la tristeza de que se lo robaran de casa. Aún
está perdido.
No tuvo Martha
Pérez Leyva una vida fácil, pero son muchos los que la recuerdan en bien.
Nació en Jobabo
en 1942 y murió en esta localidad capital el 3 de agosto del 2002. Merece
ser más recordada sin dudas. Por lo pronto traigamos a nuestro presente
aquellos versos dedicados al Comandante:
Fidel, del monte un asombro,/ "en
la pupila del río"/ que transformó mi bohío/ en casa sobre su escombro./
Fidel, tú, hombro con hombro/ sobre mi monte callado,/ sobre mi monte soldado,
sobre mi monte y su orilla./ Eres mañana que brilla/ sobre un monte enamorado.
Fidel con el General,/ el General de
las Cañas,/ General de las hazañas/ del verde cañaveral./ Hoy canta nuestro
central/ con guarapo en su garganta,/ la madrugada levanta/ y despierta de ese
sueño/ al obrero que es el dueño/ de la sirena que canta.
Fidel, discurso profundo/ hoy tu barba
se reparte/ en el monte, en cualquier parte/ donde hay dolor en el mundo./
Fidel, discurso rotundo./ Un Fidel por la ciudad./ Un Fidel con su hermandad/ a
cada pueblo explotado, a cada obrero humillado/ un Fidel con su verdad.
Versión
original en el Periódico 26: El
canto de Martha a Fidel
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