Leyendo bajo la lluvia, con
Alberto Rodríguez Copa
Tomado del
sitio web Arboleda, recién creado
por la poetisa e investigadora Mariana
Pérez Pérez, fundadora y conductora de la tertulia La décima es un árbol
y representante
del Grupo Ala Décima en la provincia de Villa Clara.
El reloj
marcaba, aproximadamente, las cuatro menos cuarto del 16 de octubre. Mi
invitado, el poeta Alberto Rodríguez Copa y yo estábamos conversando en el
pasillo del Museo de Artes Decorativas, cuando comenzó el aguacero. Supusimos
entonces que había que suspender la tertulia por falta de asistentes, y nos
quedamos esperando tranquilamente a que escampara. Naturalmente, me daba pena,
porque Copa había venido desde el municipio de Encrucijada y, aunque este es un
pueblo relativamente cercano, se tomó la molestia de venir hasta acá, a pesar
de las dificultades del transporte.
Por suerte, al
poco rato escampó y algunos tertulianos asiduos pudieron llegar. Éramos pocos,
ciertamente, por eso hicimos un círculo íntimo y ejecutamos todo el programa.
El poeta invitado se sintió bien, al igual que los participantes.
Por
cierto, la lluvia no impidió que llegara la señora «Manicaragua» (todos la
nombramos así, porque es de ese pueblo y su nombre es complicado), quien asiste
puntualmente a todas las peñas y tertulias de Santa Clara.
Ludys
llegó también con los números 97 y 98 del Catálogo rimado, antes que en
programa tocara el turno a su presentación.
Como lo
más importante era el espacio «El poeta invitado», presenté un resumen de la
reseña «Alberto Rodríguez
Copa: intertextos y contratextos en su décima», de modo que él tuvo tiempo
suficiente para leer su obra, y nosotros de disfrutarla.
Finalmente,
nos fuimos para la Sala Imperio del Museo, donde Jesús Llorens León nos
presentó «La pieza del mes» para el Catálogo rimado Nº 99, dos mesas,
llamadas «mesas de alas».
Una vez
más, en los ocho años de la tertulia, he comprobado que este árbol poético,
igual que uno vegetal, no desdeña la lluvia; y mis contertulios lo saben, por
eso no faltan.
Mariana
Enriqueta Pérez Pérez
Santa Clara, 21-10-2015
Santa Clara, 21-10-2015
Versión
original en:
ALBERTO RODRÍGUEZ COPA:
«INTERTEXTOS» Y «CONTRATEXTOS»
EN SU DÉCIMA
«INTERTEXTOS» Y «CONTRATEXTOS»
EN SU DÉCIMA
Para
presentar a un poeta reconocido, como Alberto Rodríguez Copa, quien además es
profesor de Español y Literatura en un preuniversitario, hay que hacerlo lo más
correctamente posible. Se debe partir de su historia como persona y como
escritor.
Nació
en Palma Soriano, Santiago de Cuba el 2 de julio de 1963 y reside en
Encrucijada. Licenciado en Filología (Universidad «Antonio Maceo», Santiago de
Cuba, 1986). Máster en Enseñanza Comunicativa de la Lengua y la Literatura
(Instituto Superior Pedagógico «Félix Varela», Santa Clara, 2004). Pertenece a
la Uneac. Ha obtenido reconocimientos como: premio «David» de poesía para niños
y jóvenes, 2001; premio «Fundación de la Ciudad de Santa Clara» en poesía
infantil, 2003; premio «La Rosa Blanca», en la categoría de texto (2003); beca
de creación «Sigifredo Álvarez Conesa» de ensayo (2004); premio «Ismaelillo» de
la Uneac en literatura para niños y jóvenes (2004); premio «Fundación de la
Ciudad de Matanzas», en el mismo género (2008), premio «Fernandina de Jagua»,
Cienfuegos, 2009, igualmente en poesía para niños; menciones en los concursos:
«Abril» y «La Edad de Oro», 2002 ambos en poesía infantil. Finalista de «Casa
de las Américas» en 2009… y muchos más. Ha publicado: Las eras del caminante
(ensayo, escrito en colaboración con Amador Hernández Hernández. Capiro, 2001);
Para un caballito blanco (poesía infantil, Ediciones Unión, 2002); Quizá
(poesía para niños y jóvenes. Capiro, 2004); La vida en un sombrero
(poesía infantil. Ediciones Unión, 2006) y Como lo cuento aquí yo (del
mismo género. Gente Nueva, 2007, La república del zapato, por Ediciones
Matanzas y El gato sin botas, editorial Mecenas, de Cienfuegos. Aparece
incluido en las antologías: Navegas, isla de oro, 2009, de Gente Nueva, Orola,
de España, 2009 y 2010, y Faz de tierra conocida, Letras Cubanas, 2010.
Una vez
conocido el invitado, se debe explicar el título y ofrecer las citas y
referencias pertinentes. Partiré, por tanto, de un concepto que se aviene muy
bien al conjunto de décimas que el poeta me hizo llegar. Acerca del término
«intertexto», se ha dicho «El escritor marcha hacia sí a través de las obras
literarias ajenas, de las que suenan al oído de su época; él se dedica a
contaminar» (SHKLOVSKI).1 Por supuesto, la «contaminación» será lo que aporta
el escritor a esos textos ajenos, o más bien, cómo los transforma; y esa
transformación ha sido también denominada, por Kibedi Varga,2 «contratexto», al
cual define como: «Texto derivado de otro anterior al que en algún aspecto
cuestiona o pone en crisis, ya sea en forma paródica, ya sea modificando o
sustituyendo algunos de sus elementos estructurales».
Ahora
se impone explicar por qué considero a unas décimas de Rodríguez Copa como
«intertextos», a otras «contratextos», o más bien cómo coinciden ambas
características en casi todas. Esta última condición se cumple ya en el propio
título del cuaderno: Ni Ulises ni Odiseo, o sea, hay intertextualidad
con respecto a la obra homérica, en los nombres (griego y latino) del
personaje, pero al negarlos, mediante la conjunción copulativa «ni», ya está
modificando, poniendo en crisis, la idea que poseemos acerca del protagonista
de La Odisea.
Cuando
se observan las décimas en su conjunto, se aprecia que el poeta ha trabajado a
partir de libros y de filmes conocidos internacionalmente, pero también sobre
la obra de autores más cercanos, como los villaclareños Joel Sequeda y José Luis
Santos.
En
«Confesiones de un actor», dedicada a Sequeda e inspirada en un cuento suyo,
aparece el recurso llamado «enumeración caótica» de elementos disímiles y a
veces contrapuestos, entre los que son nombrados Wellington y Napoleón.
La
siguiente décima, «Diccionario», ofrece el concepto —metafórico, naturalmente—
de la palabra «tiempo», y el hecho de presentarla como entrada de un
diccionario ya la convierte en intertexto. Su mensaje final es el tiempo como
entidad del presente, sin pasado ni futuro: no existen los extremos: solo el
puente.
DICCIONARIO
TIEMPO. Historia que empezó por el final, pues todo lo demás era
el futuro. // El ciego que miraba hacia lo oscuro. // Relativo al color en el
cristal. // Se dice de la broma que es igual al tonto que fue dos por
accidente. // La cola frente al gato y siempre ausente. // Es tanto el cazador
como la caza. // Magenta, gris, azul: qué suave raza. // No existen los
extremos: solo el puente.
«Diario»
concluye con un verso presentado en cursiva, como indicación de que pertenece a
alguien no explícito —Soy feliz: 9 de octubre. Indica el paso veloz del tiempo,
en el primer verso es 8 de octubre y en el último ya es día 9.
Un
hermoso haiku de Minamoto Sumitomo: Si no volviere yo, ciruelo, / la
primavera / sí volverá: tú florece, sirve de motivación para «Desafío»,
donde los eternos temas universales, vida, muerte, naturaleza, se presentan en
una décima espinela.
DESAFÍO
Si
no volviere yo, ciruelo,
la primavera
sí volverá: tú florece.
la primavera
sí volverá: tú florece.
Minamoto
Sumitomo
Pasan
la vida y la muerte,
casi gemelas y juntas:
entre sus viejas preguntas
está nevando mi suerte.
casi gemelas y juntas:
entre sus viejas preguntas
está nevando mi suerte.
Arde mi
espada, y no advierte
que es solo un tajo de hielo.
que es solo un tajo de hielo.
Sin
lado izquierdo, ya el cielo
no tiene nombre siquiera.
no tiene nombre siquiera.
Volveré.
Y si no lo hiciera,
solo florece, ciruelo.
solo florece, ciruelo.
Le
siguen dos décimas endecasílabas atípicas, por la casi ausencia de rima,
tituladas «En un filme de John Waine», especie de epístola dirigida a, o
diálogo con, José Luis Santos. La condición de «contratexto» es fácilmente
comprobable; se trata de la parodia de un clásico filme del Oeste con el actor
John Wayne, indios, cowboys, una mujer, rifles Winchester… que establece una
alegoría de nuestro tiempo. Desde el punto de vista formal, la primera estrofa
solo posee dos rimas asonantes y el resto son versos blancos, mientras que en
la segunda hay una rima asonante.
«Epílogo
de Los Conquistadores del fuego» toma a este libro para ofrecer una visión
personal de su contenido. Está escrita en versos endecasílabos y estructura
espineliana.
«Minotauros»
establece la relación intertextual con el mito griego y, en parte, con la
Astrología. Estas espinelas abordan el tema del individuo escindido, mitad
hombre y mitad monstruo, que lucha contra su propia animalidad.
«Pólogo
al Corsario Negro», en tres décimas endecasílabas, toma como pretexto un libro
de Emilio Salgari para ahondar en la aventura del hombre, sus tropiezos y su
destino. Llama la atención por su belleza y polisemia el verso: escuchas la
verdad cojear en vano.
«Relectura
de la Odisea» presenta una visión intertextual, pero —como ya se ha visto—
también contratextual, en tanto pasa por la subjetividad transformadora del
poeta, sobre todo en los dos versos finales: De tanto navegar, solo has llegado
/ a un último disfraz: tu sepultura.
«En la
escena del crimen» es la historia policial fantástica del jugador de fútbol
que, para ganar, patea su propia cabeza, excelente representación simbólica de
los individuos que intentan alcanzar sus metas pasando por encima de todo, y
hasta se juegan la cabeza. Formalmente, se rompe un tanto la estructura
gráfica, pero no la sintáctico-sonora, la métrica y la rima se mantienen
impecables. Es interesante el recurso de completar el último verso con una nota
al pie, quizás para alargar el suspenso. Esta historia se consuma en la décima
siguiente: «Como el rostro de De Niro en Taxi Driver (nota sobre la página
anterior)», en obvia relación intertextual con el cine, pero también con la
literatura policial o novela negra. Por su forma, son dos décimas endecasílabas
atípicas, que presentan solo dos rimas asonantes y el resto, versos blancos.
«Vieja
comedia», endecasílaba, es un intertexto en el que aparece el verso ha de sacar
de su chistera el mago, pero no se informa a quién pertenece.
«En el
carcaj» se constituye en el intertexto de Guillermo Tell 3 y de todos los
poemas, y otros escritos, que hacen referencia a él; pero también es
contratexto, al poner la fruta en la cabeza del personaje «forastero» y, al
mismo tiempo, dar la orden a este de disparar.
En las
décimas que dan título al cuaderno, el autor aprovecha las formas
contemporáneas, que permiten digresiones, unidas al texto principal mediante
llamadas (con asterisco) que, incluso parten una estrofa en dos. Las estrofas
principales están escritas en versos endecasílabos y presentadas en su forma
tradicional, mientras que las digresiones, octosílabas, se presentan en forma
de párrafo. El poema, intertexto del azaroso viaje de Odiseo (Ulises) durante
veinte años, es también contratexto —ya se habló del título— al presentar la
idea del eterno retorno, de andar en círculos, para que, finalmente, el
personaje deje de ser quien es y se transforme en «Nadie»: Y nadie ya sabrá que
tu destino / es no ser nunca Ulises ni Odiseo. La décima intercalada aclara
más: quien en círculos partiera hacia destino tan zafio, hallará en el
cenotafio —distantes el bien y el mal—, que el comienzo es el final: solo falta
el epitafio.
Finalmente,
«La muerte del escriba» establece un vínculo intertextual con toda la poesía,
desde la que se refiere al escriba como símbolo del escritor, hasta la que
trata el par vida-muerte, mediante el empleo de símbolos universalmente
empleados por los poetas: puñal, lo eterno, azar, homicida y silencio.
Como se
ha visto, Alberto Rodríguez Copa, en tanto creador de amplia lectura, ha
trabajado, transformadoramente y con gran autoridad, sobre la base cultural que
nos precede. Por tanto, considero no haberme equivocado, aún cuando la muestra
haya sido tan reducida, en el intento de buscar los nexos intertextuales y
contratextuales de su poesía con la cultura de todos los tiempos. Creo que
merece la pena continuar ahondando en el tema.
REFERENCIAS
Y NOTAS
SHKLOVSKI, Víctor: La disimilitud de lo similar. Los orígenes del formalismo. Comunicación. A. Corazón, Madrid, 1973. Citado por: Helena Beristáin: Diccionario de retórica y poética, Editorial Porrúa, México. 1995. Documento en PDF.
2. KIBEDI VARGA, A.: Rhétorique et literature (Études de structures clasiques), Didier, París, 1970. Citado por: Helena Beristáin: Op. Cit.
3. Drama Guillermo Tell (1804), de Friedrich von Schiller, y ópera Guillermo Tell (1829), de Gioacchino Rossini.
SHKLOVSKI, Víctor: La disimilitud de lo similar. Los orígenes del formalismo. Comunicación. A. Corazón, Madrid, 1973. Citado por: Helena Beristáin: Diccionario de retórica y poética, Editorial Porrúa, México. 1995. Documento en PDF.
2. KIBEDI VARGA, A.: Rhétorique et literature (Études de structures clasiques), Didier, París, 1970. Citado por: Helena Beristáin: Op. Cit.
3. Drama Guillermo Tell (1804), de Friedrich von Schiller, y ópera Guillermo Tell (1829), de Gioacchino Rossini.
Mariana
Enriqueta Pérez Pérez
Santa Clara, 16 de octubre de 2015
Santa Clara, 16 de octubre de 2015
Versión
original en:
DE LA
AUTORA DEL REPORTAJE:
Muestras de la obra poética de Mariana
Enriqueta Pérez Pérez, pueden verse
mediante los siguientes enlaces con el blog Odiseo
en el Erebo y la antología on line Arte poética. Rostros y
versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Varios estudios realizados por ella
aparecen en nuestra sección Decimacontexto: Polizón
en la aljaba de Eros, sobre la décima de amor escrita en Villa Clara. Las
albas rumorosas, acerca del libro Jiras guajiras, de Samuel
Feijóo. La
décima cubana durante las guerras de independencia: los poetas de la guerra,
interesante aporte sobre ese período. La
décima escrita en Villa Clara, sobre la poesía concebida en estrofas de
diez versos en esa provincia. Entre los reconocimientos merecidos por su
obra en versos, está en el 2013 la mención
que recibió en el concurso Oscar Hurtado. En septiembre del 2014, mereció el
Premio
del VI concurso nacional de glosas Jesús Orta Ruiz, Indio Naborí por su
conjunto Embriaguez
(rosa, espada, luz).
Este año, publicado en nuestro sitio su poema A Caracas, en solidaridad con Venezuela.
Visite el sitio web de la tertulia
La décima es un árbol:
La décima es un árbol:
Visite el sitio web Arboleda, de Mariana:
En ese sitio:
MÁS INFORMACIÓN SOBRE LA DÉCIMA EN ESTA
PROVINCIA HACIENDO CLIC AQUÍ:
VILLA CLARA
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