viernes, 27 de septiembre de 2013

Para un intento de presentación


Prólogo a La noche es ella

 
El breve decimario inspirado en la poesía de Ada Elba Pérez fue presentado en la IX Bienal Identidad, en una reedición preparada por la autora de este prólogo en formato de minilibro, dentro de cajitas de fósforos y con bella cubierta de Juan Antonio Cecilia Pérez. La noche es ella fue escrito en el 2001 como homenaje a Ada en el aniversario 40 de su nacimiento y presentado en Jarahueca durante la Bienal del mencionado año.



PARA UN INTENTO DE PRESENTACIÓN

 
Por Olga Lidia Pérez,
fundadora de las Bienales Identidad
y miembro del Grupo Ala Décima


Todo y la noche
lo coloreó Ada Elba con su huella

Pedro Péglez



Los poetas poseen el extraño don, la singular capacidad de traspasar las fronteras del tiempo o trasponer esas barreras absurdas que la vida y sus imponderables van emplazando en los caminos terrenales que debemos transitar, y por esa especial sensibilidad suelen con frecuencia violar las leyes de la materia. Este cuaderno, “La noche es ella”, es sin duda alguna, un singular violador.

Cuando “un aletazo brutal del destino”, al decir de Teresita Fernández, nos privó de Ada Elba Pérez, del permanente surtidor de su poesía -la vital y la literaria- en julio de 1992, su obra artística y creadora recién comenzaba a consolidarse, a crecer. Quizás por eso, entre quienes la conocieron y entre quienes tardíamente llegaron a su obra quedó grabada la interrogante sobre cuánto más pudo haber creado y aportado en la literatura y en la música, inseparables en ella, en el arte. Sin embargo, sus fundamentos artísticos y humanos, éticos y estéticos, esos que afloran serena o poderosamente en sus versos, tenían ya vigorosas y profundas raíces.

Para Ada “la poesía es el cañón de la ternura” y el poema, “el modo de entrar por otras puertas al ser humano, o al menos tocar en ellas”. Y así brotaba su poesía, conmovedora, intensa, reflejo de su fuerza interior, de sus “deslumbramientos”, capaz de trascender y quedar, de estremecer y sembrar.

Péglez llegó hasta Ada, por esos inexplicables vericuetos del azar, tras la celebración de la I Bienal IDENTIDAD que como homenaje a esta poetisa, compositora, pintora y ceramista, reunió en la espirituana Jarahueca, su pueblo natal, un destacado grupo de amigos e intelectuales en 1997. Y se produjo la alquimia: Péglez fue penetrando en el mundo de Ada, con toda naturalidad y hondura, hasta establecer la amistad que siempre debió existir, la comunicación profunda y sincera que un sino ineludible creyó haber tronchado. Y están aquí entonces, estos nueve poemas en décimas donde su autor, apropiado ya del mundo de Ada, de muchos de sus códigos y modos, los retoma y nos los muestra en su decir certero, en su indiscutible estilo peglezniano de expresión poética, como una voz única, y nos hace partícipes de la confesión, del dolor o el desgarramiento por esa absurda ausencia, como también de la certeza de saberla aleteando en nuestro credo.

“La noche es ella”, este excelente conjunto de décimas, es, nadie lo dude, un hermoso homenaje a Ada y a su poesía, constancia de la perennidad de su voz y alcance, pero también, -como ya dije-, es un singular violador de las leyes de la materia, porque los dos -el autor y su motivación- son poetas de esencia, de esos que “transgreden, desnudan”: Ada, que con sus versos permanece tras más de veinte años de ‘¿no estar?’, y Péglez, que desde nuestro hoy le tiende su mano y su poesía a esta muchacha que ahora vuela, para reafirmarnos que ella es la noche que canta, y nosotros, sus deudores. ¡Vaya fuerza la de ambos!

Olga Lidia Pérez
18 de septiembre de 2013



INFORMACIONES ANTERIORES
DE ESTA EDICIÓN DE LA CITA:

INFORMACIONES RELACIONADAS CON ADA,
SU OBRA Y LAS BIENALES IDENTIDAD:






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