domingo, 5 de agosto de 2018

Osval Díaz y su poema Caravana


De sus recuerdos de Angola
 
El poeta y narrador Osval Cirilo Díaz Gómez (La Habana, 1944) es autor o coautor de ocho obras de narrativa y de temáticas históricas y científicas y obtuvo premios nacionales en más de diez concursos en poesía y relatos. Algunos de sus cuentos se encuentran publicados en España en dos antologías. Es Teniente Coronel ®, jubilado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, Máster en Gerencia de la Ciencia y la Innovación, abogado y periodista graduado en la Universidad de la Habana. En la actualidad es Profesor Asistente de Estudios Militares en ese centro de estudio superior. De su participación en las misiones internacionalistas cubanas en apoyo a la República de Angola tiene numerosos textos poéticos escritos. Este es uno de ellos.

CARAVANA

Ya sale la caravana,

sale con calma, sin prisa,
lleva una larga sonrisa
de combatientes sin cana.
La tierra ya se desgrana
por el barremina lento
se inicia ya el movimiento
desde Menongue hasta Cuito
con la tensión, sin un rito,
vencemos cada momento.

Se explora bien el camino,
se inspecciona bien la tierra,
el soldado no se aterra
en el andar peregrino.
El perro de olfato fino,
zigzagueando junto al guía,
va buscando la agonía
del dolor sabor a fosa,
cuando se sienta o reposa
el artefacto ofrecía.

Por el terraplén se avanza
tras las huellas del amigo
pendiente del enemigo
especialista en matanza.
Al acecho de su lanza,
con cautela y con valor,
se avanza junto al sudor,
con el polvo del sendero
llenando el alma de acero
sin ignorar el valor.

El suelo se te estremece,
se destroza ya el camino,
sangre, polvo, torbellino,
la técnica desvanece.
Tu compañero perece
por la metralla enemiga
brota en tu pecho la espiga
del sabor que da la guerra,
el odio siempre se encierra
cuando se alegra la ortiga.

Tras la curva del sendero,
en la cuneta, humillado,
se ve herido y derrotado
algún transporte ligero.
Se ve fundido el acero
con barro, hueso y semilla,
se ve al blindado en la orilla
todo quemado y muy triste,
sólo su estera resiste
las caricias de la arcilla.

Paso a paso va la vida
venciendo el trillo del suelo,
paso a paso, sin desvelo,
caravana interrumpida.
Junto a la tropa aguerrida
llegan como un manantial
municiones colosal
una ambrosia adorada
la retaguardia encarnada
en su lugar celestial.

Foto: Archivo de Juventud Rebelde






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