Desde Santa Clara, ciudad capital de la provincia de Villa Clara, nos comenta la cita de abril de su tertulia La décima es un árbol quien la fundó en septiembre del 2007 y la dirige desde entonces: Mariana Enriqueta Pérez Pérez, poetisa, investigadora, creadora del sitio web de ese espacio, miembro del Grupo Ala Décima y su representante en ese territorio
«ABRIL SUS FLORES ABRÍA…»
Por Mariana Enriqueta Pérez Pérez
La tarde del tercer viernes fue una de las más productivas en la «flora poética» de Santa Clara. En el Foro Agesta de
Ya con mucha prisa, partir a la búsqueda del café y luego hacia el Museo de Artes Decorativas para iniciar la tertulia puntualmente. Pero mientras todo eso sucedía, otro grupo hacía de las suyas en la librería (cuentapropista) «
«La décima es un árbol» estuvo dirigida esta vez a
En la tertulia ocurren a veces cosas increíbles. Este mes se produjo el «injerto» en nuestro árbol de «una yema» de Ciego de Ávila, se trata de José Arias Díaz (Pepe), hombre que ya escribe décimas y tiene muchísimos deseos de crecer. Pepe –y su esposa Lucy– nos hicieron un regalo excepcional: décimas «A Santa Clara», bordadas y enmarcadas en un cuadro (hasta con cristal). Parece que en Cuba ya se ha hecho tanto con la estrofa, que ha surgido una nueva tendencia: la décima bordada –recuérdese que, en septiembre de 2010, Paulina Álvarez bordó un tapiz para
Este mes se presentaron los números 41 y 42 del Catálogo rimado, a pesar de que cada día se hace más difícil la impresión, pero gracias –nuevamente– a José (Pepe) Arias, cada asistente pudo llevarse un ejemplar del 42, donde aparece una colaboración suya. «La pieza del mes», Las fresas, de Sebastián Gessa Arias, pertenece a una valiosa colección de pinturas españolas, traídas a Cuba por el médico oftalmólogo santaclareño Juan Antonio Salas Massaguer, y Sofía García, sevillana, ambos ya fallecidos [véase una de estas piezas en el Catálogo rimado Nº 21].
Por si todo lo contado ya fuera poco, los miembros de la tertulia tuvimos otro motivo para sentirnos satisfechos. La profesora Ana María Baeza, de Chile, visitó el sitio web nuestro y decidió establecer comunicación, lo cual agradecemos mucho. Reproduzco, por el elogio que hace de nuestras poetisas, algunas ideas:
Con mucho gozo y sana envidia descubrí en internet su página «La décima es un árbol». Me imagino lo deliciosas que deben ser esas tertulias en Santa Clara. Soy profesora en el Departamento de Literatura de
Caridad y Ana María ya están comunicándose. Dice Olimpia que ese es otro premio para su obra.
Y yo me siento obligada a concluir con algo que comenté acerca de esas décimas fabulosas: quien desee sentir una emoción intensa, que intente leerlas al mismo tiempo que escucha la composición de Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) «Obertura 1812»; con ese experimento puede comprobar el enorme talento y la cultura de esta mujer, que ha sido capaz de traducir el lenguaje de los instrumentos sinfónicos al molde, no menos complejo, de diez versos octosílabos. Aunque no teníamos orquesta, la autora nos regaló su obra con la música de su voz.
El sol ya iba cayendo, a los árboles florecidos del Parque Leoncio Vidal comenzaban a llegar los pajaritos de cada tarde, desde
Santa Clara, 16 de abril de 2011
«MÁS LIBROS PARA NIÑOS Y JÓVENES»: A PROPÓSITO
DE DIARIO DEL ZOO, DE OLIMPIA POMBAL
Olimpia, como buena remediana,
adora las parrandas de su ciudad natal.
[Foto: Haydee González Pombal]
«Interesar a los escritores, Consejo Nacional de Cultura, etcétera, para crear más libros para niños y jóvenes». Estas palabras, pronunciadas hace cuarenta años –Seminario Nacional de Bibliotecas Escolares y Centros de Documentación Pedagógicas, 1971– por la eminente bibliotecóloga cubana Olinta Ariosa, sirvieron de punto de partida. Por aquel entonces eran escasos los autores cubanos que se adentraban en el complejo mundo de los niños; afortunadamente, también estaba ahí Eliseo Diego, el más grande defensor de la imaginación y la fantasía durante aquellos años pobres de ambas. A propósito de esa reunión, he escrito [«Todo el tiempo en una agenda y 1971», inédito]:
No recuerdo ya el tono de su voz, pero sí la media luz de la salita, y el hombre de la barba grisácea, el Poeta, en aquella mañana, y sin protocolos. La intimidad disponía el ánimo para escuchar y beber la sabiduría de quien, por esa época, se desempeñaba también como bibliotecario. Ofreció, más que una lección, un «curso», cuya visión mostraba, en condensado círculo, el camino recorrido por esa literatura de la cual se apropiaron los niños a través de la historia.
Apuntaré aquí tres ideas desarrolladas por Eliseo Diego, porque vienen muy a propósito del libro que vamos a presentar: «La literatura para niños es una invención reciente», no es igual «literatura para niños» que «literatura de los niños», ha existido una «guerra entre adultos y niños por causa de un malentendido». «Se arrastra la tendencia de considerar la literatura como algo adicional, como un lujo». «Los libros de los niños deben tener la más alta calidad artística posible, como factor esencial, porque va a tener un papel decisivo en la formación de su personalidad».
Y si he retomado estas sabias palabras, es porque ya la literatura para niños y jóvenes en Cuba dejó de mostrar aquel panorama empobrecido que nos legaron la colonia y la pseudo-república. Aquellos intelectuales visionarios –Olinta Ariosa y Eliseo Diego– se percataron de ello y dieron la voz de alerta; y a partir de entonces, en todo el Archipiélago comenzaron a surgir personas con la sensibilidad suficiente como para escucharla.
Una de esas personas –en 1971 tenía 36 años– no se encontraba en aquel auditorio. Sin embargo ella, Olimpia Victoria Pombal Duarte, nacida en Remedios, también «escuchó» el llamado, aunque es mejor decir: «sintió la infancia borboteándole por dentro». Olimpia es tan joven que todavía recorre en bicicleta la distancia entre el Reparto Virginia y el centro de la ciudad. Olimpia se presenta ante los demás con el candor, la pureza y la sinceridad de los niños, y por eso no escribe «literatura para niños» sino «literatura de los niños», su obra, por consiguiente, no da lugar a ese malentendido a que aludía Eliseo Diego. Ella ha obtenido diversidad de premios en certámenes poéticos de todos los niveles –acaba de recibir el Premio especial Ada Elba Pérez, el segundo lugar en importancia del XI concurso nacional Ala Décima– y tiene publicados dos poemarios para niños: Con alas de seda (Capiro, 2004) y este, que estamos presentando, Diario del zoo (Sed de Belleza, 2010), aunque también escribe poesía y cuentos para adultos.
¿Qué decir de Diario del zoo? Que este libro delicioso –perdónese la frase manida– posee gracia, frescura, humor, elegancia en la palabra rimada y sabiduría sin didactismo, entre muchas otras cualidades. Como su título sugiere, Diario del zoo, es un periódico fabulado, escrito por los personajes, unos animales simpáticos e inteligentes que, en la imitación de los humanos como periodistas, propician la crítica a todo lo malo que el hombre hace en el mundo de hoy. El diario cuenta con los elementos y secciones que un periódico respetable debe tener: título y subtítulo, machón, «La columna de hoy» (editorial), «Noticias breves», «Temas de salud», «Culturales», «Rápidas del deporte», «Internacionales», «Curiosidades para curiosos» y «Clasificados». Los dibujos de Adrián Jesús Morales Santos, aún en su pequeño formato blanco y negro, poseen calidad y complementan con humor los temas tratados. Se trata de un buen poemario, que transmite a los niños los valores de nuestra lengua en su riqueza estrófica: décimas (espinelas y atípicas), romances, cuartetas (propiamente dichas) y cuartetas con dos versos rimados y dos sueltos, octavas reales, pareados. En la métrica se emplea principalmente el octosílabo, pero también el endecasílabo y el hexasílabo, pero como nuestro objetivo es la décima, me detendré en ella.
A la entrada del libro se encuentra –como en los diarios– «La columna de hoy», un llamado –casi una rebelión– de los habitantes del zoológico, en cuatro décimas, para proteger la vida, amenazada por toda clase de fenómenos naturales y sociales.
La sección «Noticias breves» está escrita totalmente en espinelas –«Mega zanahoria», «Trabajo voluntario» y «Plazas vacantes»– que, con el tono periodístico, combinan el humor y la reflexión.
La sección «Rápidas del deporte» se encuentra escrita fundamentalmente en redondillas, pero concluye con dos décimas; estas dan noticia del partido de fútbol entre Espa-lobos y Brasi-cebras, y el de Avestruces y Guanajos en pelota, cuya excelencia radica en la información graciosa y ágil, dentro del molde obligatorio de la estrofa empleada.
La última décima, «Rechazo a la injerencia de extraterrestres», se encuentra en «Internacionales». Es precisamente la más interesante, no solo por el empleo de una fórmula atípica –abaab cddcd–, sino también por su información acerca del ornitorrinco. En forma sugerida, critica la xenofobia y el rechazo que hace la humanidad ante los individuos diferentes.
Como se trata de un libro relativamente breve, sólo queda decir dos cosas, a manera de colofón. La primera, en serio, que para Olimpia Pombal Duarte la literatura no es un lujo ni un elemento superfluo de la vida, sino la vida misma, porque escribe «desde» la niña que todavía es, y sus libros –como pedía Eliseo Diego– juegan un papel decisivo en la formación de la personalidad de los menores, porque tienen la más alta calidad artística. La segunda, en broma, son unas décimas que he dedicado especialmente a la amiga:
ÚLTIMA NOTICIA EN EL DIARIO DEL ZOO
Cierta olímpica señora
–merecedora del trono–
entró en la jaula de Mono
y habló con él una hora,
trance que El Diario deplora
porque, a tal conversación,
sintió celos un león,
un lobezno y una vaca,
y si el guardián no la saca
termina en revolución.
Ella indagó por el hecho
provocador del encono:
–¿Por qué en la jaula de Mono
a estar no tengo derecho?
Aunque usted me apunte al pecho
con esa extraña pistola,
no imagine que estoy sola…
–A usted le dicen la «Temba»
que publica un Diario-Bemba
donde la noticia es «bola».
–Mire, señor policía,
ni es «bola», ni yo soy «temba»
ni trabajo en Diario-Bemba,
¡solo escribo poesía!
De Mono la monería
yo intentaba encaminar;
un taller quiero formar
con cangrejos repentistas
y leones periodistas,
¿por qué las armas tomar?
–En el reparto Virginia
a todos brindo mi casa,
y si Elefante no pasa
colgaremos una insignia
de su rabo.
……………...–«¡Qué ignominia!
–aulló Lobo– ¡Qué vergüenza,
León, tan viejo y con trenza!»…
Y el guardián, que fue humillado,
chillaba desconsolado:
–«¡Olimpiaaa, no hay quien te venzaaa!».
Muestras de la obra poética de Mariana Enriqueta Pérez Pérez, pueden verse mediante los siguientes enlaces con el blog Álbum nocturno y la antología on line Arte poética. Rostros y versos, ambos del poeta salvadoreño André Cruchaga. Varios estudios realizados por ella aparecen en nuestra sección Decimacontexto: POLIZÓN EN LA ALJABA DE EROS, sobre la décima de amor escrita en Villa Clara. LAS ALBAS RUMOROSAS, acerca del libro Jiras guajiras, de Samuel Feijóo. LA DÉCIMA CUBANA DURANTE LAS GUERRAS DE INDEPENDENCIA: LOS POETAS DE LA GUERRA, interesante aporte sobre ese período. LA DÉCIMA ESCRITA EN VILLA CLARA, sobre la poesía concebida en estrofas de diez versos en esa provincia.
Visite el sitio web de la tertulia La décima es un árbol, ya con actualizaciones (aunque no todas, nos aclara Mariana) y una nueva sección: Debate.
MÁS SOBRE EL XI CONCURSO ALA DÉCIMA:
— Premiación del 7 de febrero y resúmenes de otros años
— Entregados premios pendientes en Santa Clara
— Entregados premios pendientes en Bayamo
— PREMIO ALA DÉCIMA 2011: Diatriba, de Caridad González
— Premio especial Ada Elba Pérez: 1812, de Olimpia Pombal
— Premios amor y erótico: Diario de impúdica locura, de Mileyda Menéndez
— Premio Juventud Rebelde: Autorretrato, de Lester Flores López
— Premio Décima al filo: Striptease de la memoria, de Elizabeth Reinosa
— Premio tema comunitario: Catálogo de voces, de Jorge Adrián Betancourt
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