El Grupo Ala Décima lo saluda
El poeta Waldo
Leyva Portal, fundador del Centro
Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado y su director hasta el 2010, ha sido
nominado al Premio Nacional de Literatura
Foto: Susana
Méndez
Por Susana
Méndez Muñoz
Tomado de Cubaliteraria
Con la
presencia de Abel E. Prieto Jiménez, Ministro de Cultura de la República de
Cuba, se realizó en el Centro Cultural Dulce María Loynaz, un panel de análisis
y valoración de la obra del poeta Waldo Leyva Portal con motivo de haber sido éste nominado al
Premio Nacional de Literatura.
Este panel
estuvo integrado por los escritores Enrique Saínz, Norberto Codina, Roberto
Manzano, Fidel Orta y Jesús David Curbelo, quien moderó las intervenciones.
Entre todos lograron un retrato de todas las facetas de la personalidad de
Waldo: en premier lugar el poeta; el agudo entrevistador; el ensayista y el
eterno promotor cultural desde su pertenencia a
la primera graduación de Instructores de Arte del país.
Manzano
comenzó realizando un profundo análisis sobre la trayectoria poética de Leyva
Portal y expresó en los preliminares que éste es un poeta que se caracteriza
por morir y resurreccionar, manteniendo su identidad pero realizando constantes
transformaciones.
Se refirió
igualmente al eclecticismo estilístico de su obra, en la cual se pueden hallar
los recursos del coloquialismo pero también “el amor a las pautas, por su
cultura rural”; explicó cómo ambas vertientes se han ido integrando en sus
textos y destacó la capacidad de su construcción
poética de ser presentada en público además de ser musicalizada, “porque sus
composiciones están orquestadas acústicamente por dentro”.
Como otra
importante característica señaló: “Waldo Leyva ha devenido poeta de asuntos
históricos pero no exterioristas y sí convertidos en sustancia íntima, en
visión del mundo, en filosofía de la existencia; leyendo su obra en secuencia
se puede leer el transcurso político de Cuba en su relación con el mundo; hay
toda una dialéctica de relación con los asuntos de la realidad, siempre vistos
desde posiciones políticas homogéneas y fieles a sus principios”.
Añadió que en
los poemas de finales de los ochenta y
principios de los noventa de Leyva Portal, “siempre atento al sustrato
histórico y a la posición que toman los individuos frente a la realidad y sus
cambios, hay exámenes éticos profundos de las circunstancias y una honestidad
creadora extraordinaria”.
Enumeró el
escritor algunos de los cambios estilísticos que se aprecian en la obra de
Waldo: se acrecienta el interés por el
individuo a la vez que existe una búsqueda de la memoria y una centralidad
permanente que lo lleva a tener pensamientos cada vez más sentenciosos con lo
cual gana su visión filosófica del mundo.
Un aspecto
relevante que abordó Manzano es la comunicación que logra Waldo con el público;
“gana con rapidez el alma de la gente, pero cuando uno lo lee silenciosamente
siente un deslumbramiento porque hay un texto válido, definitivo (…) En el caso
de Waldo se unen pueblo y alta cultura en forma natural, por eso es que él
triunfa en cualquier área de la
incorporación pública de la poesía”.
Al inicio de
sus palabras Enrique Sainz sentenció que la poesía de Waldo provoca “una
gratificación espiritual de primera categoría” y a continuación repasó algunos
de sus poemarios, escritos a lo largo de cuarenta años, comenzando por La ciudad y sus héroes, de 1976.
Luego
significó el “buen gusto, el refinamiento en el decir, en el pensar, en el mirar, en el saber, en el oír, lo cual creo
le da una categoría singularísima a estos contenidos”.
Del poeta
afirmó, “está imantado con la historia”, y en este sentido enfatizó en la
propuesta de Waldo de fusionar lo inmanente con lo trascendente en una poesía
en la cual uno de los centros vitales es invariablemente el amor.
Consideró que
en sus creaciones se aprecia una imperiosa necesidad de constituirse a sí mismo
y que el testimonio que brinda en sus versos no es solo el de la historia sino
el del diario vivir, “del diario estar entre otros”.
Entre los
libros que ponderó se encuentra El
rasguño en la piedra, 1995, en el cual según el orador se encuentra “una
poesía sustantiva, hecha de muchas fuerzas creadoras”.
En un momento
de su intervención aseguró que “Waldo es un fruto riquísimo de los tiempos que
vinieron después de 1959; es un ejemplo de a dónde puede llegar un hombre
limpio y honesto en un contexto como el nuestro” y subrayó que su poética está
llena de meditación y cuestionamiento y que su escritura es de una “calidad deslumbrante”.
El profesor
seguidamente abundó en los valores de la poesía de Leyva Portal; dijo que la
lectura de sus piezas brinda un indiscutible placer musical al oído, pero a la
vez despiertan percepciones, apreciaciones, ecos, resonancias de nuestra propia
vida; “es una poesía que nos dice quiénes somos y cómo podemos mirar el mundo
que nos rodea”, apuntó.
Jesús David
Curbelo insistió en la particularidad de Leyva como poeta “pues a pesar de ser coetáneo con dos grupos fundamentales de
la poesía cubana de los 60, El Caimán Barbudo y El puente, no se afilió a
ninguno de ellos”.
También
volvió sobre las características y fortalezas de la poesía de Leyva y retomó el
cuaderno El rasguño en la piedra, del
cual opinó es un título capital para entender el momento histórico que refleja;
en el cual, señaló, se encuentra el desencanto, la incertidumbre de la época
pero con un alto nivel de eticidad y de solución artística, sin llegar nunca al
panfleto, “es un libro de una exquisitez y de una fineza conceptual que lo
hacen realmente una pieza valiosa”, donde se acentúa el interés por la
reflexión y por la preocupación de cómo los fenómenos de la realidad afectan la
sensibilidad del individuo. El rasguño en
la piedra es un ejercicio magistral en tanto captar el espíritu de una
época”.
Curbelo
calificó a Waldo de poeta complejo y argumentó lo anterior a partir de la
presencia en su obra lírica de ejercicios de superposiciones temporales; de
indagaciones del pasado, del presente y el futuro; de un pensamiento
antitético; de una aguda selección lingüística y de un juego con la polisemia
de las palabras; de la utilización de las paradojas y de “un sujeto lírico que
todo el tiempo está mirando la realidad”.
Añadió que el
poeta adopta una posición filosófica y en sus libros más recientes hay una búsqueda
de temas como el paso del tiempo, la senectud, la muerte cercana, dado por la
madurez de su pensamiento y distinguió no obstante que “a medida que se hace un
poeta más profundo, habla más claro”.
Norberto
Codina, director de la prestigiosa revista La Gaceta de Cuba, tomó como tema
los vínculos de Leyva con el periodismo; hizo un inventario de las
publicaciones que Waldo fundó, dirigió o con las cuales se ha relacionado a lo
largo de su vida y reseñó especialmente un libro de la autoría del poeta que se
encuentra en proceso de impresión y que se titula Al otro lado del catalejo, el cual recoge nueve entrevistas
realizadas por Waldo a importantes intelectuales y artistas cubanos y
extranjeros, ocho de las cuales fueron publicadas por primera vez en La Gaceta….,
entre las cuales Codina reconfirmó la calidad e importancia de la conversación
con el notable intelectual cubano Sergio Corrieri.
Fidel Orta
reafirmó las ideas expuestas sobre la poesía de Waldo y llamó la atención sobre
sus lazos también con el ensayo, la narrativa, los guiones de cine, parcelas
casi desconocidas de su producción literaria.
Los
panelistas coincidieron en que la obra literaria de Waldo Leyva Portal carece
de los trabajos críticos que merece y lamentaron que los ejercicios críticos,
en sentido general, no acompañan de verdad la evolución de la poesía cubana
contemporánea.
El Ministro
de Cultura recordó el momento en que fue publicado El rasguño en la piedra, año 1995, y los sucesos históricos que lo marcaron:
“yo creo que el estremecimiento de raíz que provocó en gente como Waldo hizo
crecer su poesía, la hizo mucho más honda. Él logró sintetizar ese momento como
muy pocos y eso tiene que ver mucho con la posición de Waldo frente a la vida,
a la literatura y a la historia. Waldo es muy auténtico como persona y como
creador”.
Waldo Leyva
por su parte agradeció a todos los panelistas sus apreciaciones y dio lectura a un grupo de sus más
importantes poemas, entre ellos Contra la
desmemoria, y Raúl.
El Premio
Nacional de Literatura será entregado en el contexto de la Feria Internacional
del Libro, 2017, y para él han sido nominados, además de Waldo Leyva Portal,
los reconocidos intelectuales cubanos Eugenio Hernández, Delfín Prats, Lina de
Feria, Maggie Mateo y Luis Álvarez.
Versión
original en Cubaliteraria.
Waldo
Leyva Portal nació en 1943 en
Remedios, Villa Clara. Fue director del Centro
Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado, desde la
fundación de esa institución, en el 2000, hasta el 2010, en que fue designado
agregado cultural de la embajada de Cuba en México. En ese mismo año, alcanzó
el X
Premio
Casa de
América de Poesía Americana, en Granada, España, con su poemario El
rumbo de los días.
En el 2012, ganó la IV
edición del Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora con su libro La
memoria en tiempos de desolación.
En nuestros archivos, de su autoría, décimas
por el Año Nuevo 2007; los poemas en una sola estrofa Quién
soy, pregunto al espejo y Quise
encontrar en el río, recogidas en el primer tomo de Esta
cárcel de aire puro. Panorama de la décima cubana en el siglo XX (1900-1959), antología
de Mayra
Hernández Menéndez y Waldo
González López; así
como una
estrofa, perteneciente a su poemario Ocultas claves para la memoria,
del cual puede ver más información, mediante el siguiente enlace con el blog Arco
y espuela, del poeta y artista cubano de la plástica Guillermo
Aldaya. En nuestra sección Decimacontexto, el comentario de Waldo
Leyva titulado En
la muerte del Indio Naborí.
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