miércoles, 14 de enero de 2015

Odalys Leyva de visita en Holguín


La salud del corazón

La música engrandece las almas, fertiliza la poesía y nos llena de emociones que ofrecen su reminiscencia. El Concierto de la Hispanidad realizado en la biblioteca “Alex Urquiola” de Holguín, auspiciado por la UNEAC de la misma provincia y por el Frente de Afirmación Hispanista A.C., de México, que preside el estudioso Fredo Arias de la Canal, llenó todas las expectativas del público numeroso que estuvo a pleno disfrute: los niños guitarristas, Andy Juan Guerra Mastrapa, Adriana Batista Zaldivar, Sheila Cristina Gordillo Manfugaz y Legna Tabares Martín, discípulos de Eliécer Travieso Venereo, brindaron su encanto, Emanuel Travieso al piano y luego el maestro Eliécer y el formidable pianista Franco Alejandro Rivero Bueno colmaron la belleza, fue emocionante y sin lugar a dudas con un público exquisito.

Las obras interpretadas fueron: Vals de Dionisio Aguado por Adriana Batista Zaldivar, Vals por Sheila Cristina Gordillo Manfugaz; Pavana de Diego Pisador por Andy Juan Guerra Mastrapa, Luego el conjunto de guitarra integrado por los niños de la clase del maestro Eliécer Travieso interpretaron Españoleta de Gaspar Sanz Burre; Posteriormente Legna Tabares Martín nos ofreció las obras: Danza Mora de Francisco Tarrega, Gitanería de Ernesto Lecuona y Suite Castellana de Federico Moreno Torroba. Seguidamente de Eliécer Travieso Venereo nos deleitó con las obras: La comparsa, Siboney, Danza Lucumi, Córdoba y Granada de Ernesto Lecuona; el joven pianista Emanuel Travieso Tabares brindó las obras Tres golpes de Ignacio Cervantes, Visiones Fugitivas V y Vll de S. Prokofiev, Estudio 5 op.10, de F. Chopin, A.M.T.T del propio interprete y el cierre toda una belleza de teclas lisonjeadas con Franco Rivero Bueno que maravilló con la interpretación de las obras de Ernesto Lecuona: Si me quieres un poquito, Como yo te quiero, Andar, Quiero, Recordar, y Oye tú.

Joaquín Osorio Carralero, promotor cultural, fue el maestro de ceremonia del concierto, el guión y la dirección estuvo a cargo del maestro Travieso y de Raisa Tabares.

El concierto fue divino, luego nos complacimos con el recorrido por la ciudad holguinera, esta vez Osorio se convirtió en excelente guía y conocedor de la historia de la Ciudad de los Parques, visitamos el Centro Cultural Lalita Curbelo, La Casa Natal de Calixto García, El Fondo de bienes culturales, La Periquera, La Glorieta Ángel Díaz, El Mural Orígenes, el Restaurante 1545 y La Loma de la Cruz entre otros sitios que nos hicieron reconocer que Holguín es un lugar de formidable visita. Recibimos suficiente información y una compañía inolvidable.


Centro cultural Lalita Curbelo Barberan

La arquitectura de esta morada data de 1905. Es una viva expresión del Eclecticismo. La gran poeta residió desde 1952 y hasta el 28 de diciembre del 2002, momento de su lamentable fallecimiento. La renombrada Torre, su biblioteca con más de once mil títulos, se comenzó a construir el 27 de marzo de 1954. Aquí escribió toda su obra poética. En ella se conserva la colección de las publicaciones del Frente de Afirmación Hispanista A.C. de México y la correspondencia con su Presidente, el Dr. Fredo Arias de la Canal, y más de mil cartas de otras personas, postales, fotos, discos y documentos inéditos.


Casa Natal de Calixto García

El 4 de diciembre de 1839 nació aquí, en la calle San Diego hoy Miró esquina a Rosario hoy Frexes. Esta Casa tiene características arquitectónicas de finales del siglo XVIII. Sus ventanas de balaustres de madera torneada. La fachada del inmueble esta rematada por un alero en sardinel donde se destacan dos ventanas compuestas por dos hojas de cuarterones con postigos y balaustres de madera torneada y la puerta principal a la española con postigo.

El cuerpo principal de esta casa está dividido del segundo cuerpo por un arco de medio punto sostenido de pilastras adosadas a la pared. El techo es de estilo mudéjar, de cuatro faldones elaborados con alfardas escuadradas y tirantes pareados y rasurados.

Calixto García fue de los más grandes generales de nuestra historia. Participó en la Guerra Chiquita de 1879, en la de 1868 y en la de 1895.


La Periquera

La Casa Rondán o Casa Fuerte fue mandada a construir por el rico comerciante español, Francisco Rondán y Rodríguez, cuya fortuna había sido adquirida mediante el contrabando al castellano Nicolás Borres Fernández, el que utilizó como mano de obra a los primeros chinos llegados a Holguín y negros esclavos, entre 1860 y 1868. La prestancia de su diseño arquitectónico, en que se introduce el estilo neoclásico, de boga en el país, al ya conocido mudéjar, rompió los cánones constructivos utilizados hasta esa fecha en la ciudad, caracterizada por el lento desarrollo urbano y arquitectónico. Es el edificio más representativo por ser el lugar donde más hechos históricos de importancia han acaecido.

Fue tomada la planta baja por el Cuerpo de Voluntarios y fuerzas españolas como bastión ante el ataque y sitio de la ciudad. Posteriormente fue convertida en un edificio civil y su planta alta fue alquilada para vivienda de tenientes gobernadores. En esta segunda se conserva un mural hecho por la artista mexicana, Electa Arenal, sobrina del gran pintor Alfaro Siqueiros.


Mural Orígenes

Creado por iniciativa del Frente de Afirmación Hispanista A. C. de México, la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos en coordinación con el CODEMA y la Casa de Iberoamérica el 18 de junio de 2006. Sus autores fueron los escultores Henry Wilson Albuernes y Rafael Michel Cruz. Recoge la historia de la provincia de Holguín desde los aborígenes, la llegada de Cristóbal Colón en 1492 por Bariay, la figura del fundador del hato en 1545, el capitán español García Holguín hasta nuestras guerras de liberación. Este fue un sueño convertido en realidad por el escritor y promotor cultural de la Hispanidad, el Dr. Fredo Arias de la Canal.


Restaurante 1545

Esta edificación ha sido modificada en dos ocasiones, en 1894 y 1910. El techo es de alfardas rollizas. La sala posee un bello arco tribulado con capiteles en los arranques y una mordedura hacia el interior, único en la ciudad. La casa en sus orígenes fue de embarrado. Se destaca por la variedad de arcos. Además del arco tribulado, tiene arcos de medio punto, ojivales y rebajados. En ella vivió el sevillano José Maria del Salto, Maestro de Obras, graduado en la Escuela Profesional de la Isla en 1882.


Holguín ciudad de artistas, de parques donde los enamorados se arrullan, también tiene sitios naturales inolvidables. Por iniciativa del organizador del evento, el profesor Eliécer Travieso, disfrutamos de un periplo dirigido por Ecotur, donde nos familiarizamos con lo más auténtico de nuestras tradiciones: campo adentro en ambiente de verdor y cubanía. Allí acogimos el café molido o machacado con el pilón y luego colado: café puro; una mesa natural fabricada de troncos y adornada de frutas frescas, custodiada por un trapiche de hacer guarapo, donde nosotros le sacamos el jugo a la caña y nos lo servimos de forma familiar, la canchánchara mambisa elaborada con miel de abeja y aguardiente de caña; vimos seguidamente una buena muestra de gallos finos y posteriormente nos fuimos a otra parte de la finca a montar caballo loma arriba y disfrutar desde la altura la belleza de los campos cubanos.

Luego los paseos bucólicos: el río de manantiales frescos y transparentes, el agua de la piedra virgen, fue divino, los paisajes hermosos (que están dentro de lo más lindo que he visto en Cuba), hicieron de la visita a Holguín la maravilla.

La cocina como parte fundamental de la tradición cubana: los tostones, la carne frita, el congrí oriental y el cerdo asado completaron el disfrute.

Tres días en que la familia de Eliécer se convirtió en la mejor anfitriona. Raisa Tabares, maestra de música y desdoblada en chef, también nos invitó a su hogar, ella con el mejor de los gustos y la delicadeza, sus hijos guías y anfitriones de elevada cultura.

El Concierto de la Hispanidad nos permitió unirnos como una gran familia, a mí a darle energía a la poesía.




SONATA PATÉTICA (OP. 13.1799) / BEETHOVEN

“Nuestro padre es el Rhein”
Beethoven


El alma es sombra
donde pulso mis vírgenes,
se me van espejismos
todos mis pájaros callan.
La lluvia se adormece en techos y cristales
son pájaros que habitan la esperanza
Aún guardo mis días,
el Rhein bañando los sauces
Unser vater, rhein;
el dolor de mis ojos no entiende leyes,
venganza de Cristo, lengua silenciosa
para extirpar ruidos desnudando mi piel.
Atravieso la vida
se me escapó el sonido de otros pianos.
Aún busco oír la vuelta de la noche,
la eternidad para decirle a los dioses:
recuerdo la puerta, aunque el timbre me duele
como esa fiebre que gobierna a los sordos.




GESTOS DE TORMENTA, con Richard Strauss


Amo al del lenguaje empedrado,
sin rebuscamientos entre muros,
caricias, manantial de sutileza,
adornamos el mar con las flores del viento,
después soñábamos con el salitre y las semillas.

Mi tierra es el secreto de la palabra entenderse.
Todos ignoran la desnudez de besos
(pies hundidos en la tez con barro y lodo);
ojos, verdaderos ojos de perlas usadas.

En medio del mar una estrella hace mutis
con palidez de océano;
conozco ráfagas de miel y corazón,
nubes que se convierten en paisaje;
me baño en la niebla de ausencia entre jirones
y una noche en su ostra.

Pertenezco al mundo de entrega,
no voy a caminar después de este planeta.




ANDRES SEGOVIA, EN UN SOLO DE GUITARRA


(En el cosmos, la virgen ve los escenarios y no entiende la marcha de los dioses, su baile de ojeadas. Aplaude los jazmines: prevalecen en otro amanecer.) Voy a rasgar las cuerdas como satisfacción por los viajantes. Que el mundo disfrute mi soledad de astros, compañía que me abraza: todos están conmigo. El labio promete fulgor, ritual de sexo, ilusiones, perfume con efluvios, contraluz de mis ojos y tu oleaje. La primavera tiene gotas de piel, hedonismo que subyace en aguas de este callado impulso, para que los amantes no detengan el ímpetu y las corazonadas: vivan las pociones como licor de los deseos, en cada ciudad icen la bandera del gusto por la música. Los letales conciben la historia en danzas y temblores, sirven de puente para escapar de los muros, deslizarse encima de la tristeza y concebir el arte como hijo y padre, don de la esperanza, canto por los siglos y después de ellos.




SONOGRAMAS I, DE LEO BROUWER


Guitarra mía,
te vibro en la oscuridad y tú lo dudas,
en frases señoriales
danzo y voy a danzar
y el aire me parece poco,
no conoces cuánto sonrío la belleza,
lealtad y aroma de poetas,
quejido que conozco,
¡ven!, el castillo se abre
y los príncipes escogen un vestido
para tu boda con el sol.

Brinda el murmullo más cercano
al vuelo de los ángeles.




CAPRICHO ARABE, DE FRANCESC TARREGA


Te niegas a buscar en esta levedad;
no te marches, sufro el verso,
agua que cae tras la ventana
y esa nieve en mi alma como llanto.

Las memorias se vuelven tu capricho.

Devenir de cactus,
demencia en pájaros del tejado
que quieren suicidarse,
volar la paz de otras historias,
contra los pinos
que suben sus brazos hacia el cielo:
árboles con poco corazón,
infieles a la tierra.

(Hacen volver al polvo
todo lo que le pertenece.)




NOCTURNO No. 19 EN MI MENOR, DE CHOPIN. Op. Posth No. 1, Andante.


Te escondes y tu rostro me es negado:
un brillo de corazón y fuego.
No sabes que aguardo tu llegada
para acercarme al mundo,
que tu melodía suba a mis acordes
y leve como el aire
                     acaricies los frutos de mi árbol.

Mi piel es libre,
alumbra la nostalgia de tu boca
trotando sobre mí
al conocer la señal de tus dedos,
el ritmo de noches que vendrá
                         en cada primavera
                                   y cada invierno,
                                              en mis voracidades.

Amarte no es difícil,
tienes providencia en la piel.

Escojo la sábana marital
para extenderla en la noche:

Los espectros
                  son los semidioses de esta fábula.




SCHUMANN: CARNAVAL, OPUS 9: “ESTRELLA”


Mi locura es aluvión de saltos,
crepúsculo que aloca el próximo día
y no hay armazones en el impulso.

El hombre tiene individualidades,
deniega la muerte,
implora una fiesta sin reproches,
el espíritu hasta el movimiento de los sauces,
cadencia de cortinas ilustres
que mueven con el aire su estadía,
con afectuosos que en las noches vibran y pactan:
entregarse a la música y vivir caminos de la fiebre.

Nadie sabe el despojo de las máscaras,
amparo de rigidez  y tortura.

Albacea donde se vierte el miedo,
locura de estar solo,
pieza de un ajedrez donde la reina
esconde la penúltima estocada.




BRAHMS: QUINTETO PARA CUERDA Y PIANO EN FA MENOR


Voz de primera luz:

No comprendo tu locura, me haces crepitar cuando sonríes y resisto el látigo, dolor de puñales que no intuyen mi punzada y cavan en mi pecho un pozo donde mueren los peces y las aves escapan al dolor. (Es infame sentir quejidos de animales y no tolerar su mundo, el odio que los oprime. Paso la mano sobre sus cabezas, aunque muerdan mi intento de caricia.)

En el Mar Egeo existen laberintos, infinidad de visiones, descanso de la ira. En la montaña reposan los palacios. Hefestos abre la puerta de las nubes y las musas brindan su cantar. Erato y Terpsícore ven el Olimpo como vanidad de los nacidos. Revelan desnudez de madreperlas, y Afrodita nace de las espumas, señala con su dedo la tierra y llueve de su lágrima.




RAPSODIA ARGENTINA PARA PIANO Y ORQUESTA, DE ERNESTO LECUONA


Necesito que dances junto a mí,
no detengas los pasos,
tu boca contra mi boca,
tus dedos sobre mis dedos; 
y el ángel no lo detengas,
puede adivinar mi sitio de voz
con grácil melodía.

Soy luz y no lo duda el tiempo,
corazón de ramajes sobre la tierra,
falta la raíz
y te obsequio el llanto de mi eternidad.

Existen lágrimas notables,
soporte de quietud
renace en las almas,
en cada pedazo de la vida.

La música es nuestra,
de los hijos universales que fluyen
en guitarra, violín y piano
donde el espíritu se adentra,
en el llamear profundo de lo bello.




BEL CANTO


Me gastaré en tus aguaceros juveniles
como delfín danzando entre las algas,
fuente donde Venus pide otra imagen
y el silencio rehúye mi embestida
                        (soplo de quejas herido por Vivaldi).

Torbellino en el éter que pierde su galaxia,
                                         reliquias del mármol.

Un amasijo de bocas denuncia el poder del encanto,
mis ropas ya se pierden sin regreso:
es la fuga, cabalgar de lluvia en las raíces,
delirio que parte al Purgatorio.
En el arca de Noé reposan tus gaviotas,
la brisa figura temores, el desdén por la espina.
Nuestras máscaras no esconden el espíritu,
                                    buscan agujeros de la sed.

Estas fauces aguardan la hora,
como cristal el cielo retorna hasta los ojos,
mi encrucijada no atiende corceles.
Partirán en el susurro tus dibujos,
                                azar de una puerta,
                                         reliquias del mármol.

Un cascabel desenfrenó la nuez y el augurio fue perenne,
derribamos los planes,
había que cuidar la luz sin correr cortinas,
sin detenernos en la lava o ceguera de los dioses.

El mundo aliviaría el plomo a los pechos,
mientras tú y yo demoramos la furia
y los candelabros eran pulcritud de las aldabas.

Me diste las pupilas, tu anillo,
exorcizaste mi ciudad:
cada palabra fue virgen en lenguaje de nupcias,
los pinceles podrían narrar la historia.




VASTAGO Y SOLFEOS


“No dijo Dios cómo pudo,/ con qué secretos pinceles,
dibujar los oropeles/ blancos del pájaro mudo?”
D. M. E.


Por ti el mundo es presagio, dolor en madrugadas donde vacía sufro sin acorralar lo que esconde tu boca; las manos no palpan el sueño porque la realidad se encumbra y las montañas sueltan su piedra como derrumbe que no separa el lodo de la lluvia y afea el paisaje sin creer que los atardeceres son regalo de Dios.

El árbol tiene su vástago y cada sonrisa es cuño que reverdece desde la piel. La corteza es fecundada y yo me contraigo, tus ojos me florecen y dan ganas de girar y correr a lo más alto de la montaña, llamarte con un silbido, de esos que saco del pecho. En ti se detienen porque solamente sabes leer mi sonrisa y que mis ojos brillen y mis codicias no sean el aguacero que desflora su ritmo y versifique mi pubis hasta que la desnudez confíe su estridencia, beba el horizonte hasta nacer el equilibrio del goce como novia del enigma. Celestial es el secuestro, me absorbe y leve muy leve se torna mi cuerpo en ondulaciones de tu cama. Órfico caudal donde la musa es placer que despojo y pide alfombras junto a nuestra cama porque existen caídas de luz y doy mis senos a tu boca sin dudar que miras el diamante de mi ardor y tus delfines hunden su pecado con mis labios, abanican el alma, navegan el mar y derrocho mi lengua por tu piel, revives y fluyo. Varón del más íntimo acorde: la fruta es mágica… ¿Qué parto de luminosidad nos pertenece? ¿Qué sangre se espiga en nuestros espíritus?

Vuelvo al ritmo seductor donde el arroyo no es hilo de agua, es danza de palomas y el cielo nos ve como pluviales notas que marcan la edad. Me deslizo hasta el gusto y aprieto tus manos y la voluntad es elixir, lúbrico mi nombre se desliza a tu boca y te obliga a gritar que mi desnudez tiene afines. Y un temblor de claveles hago rodar a tus mejillas, en tu ebriedad, hasta caer estrellas y envolver los dioses del Olimpo con cada zambullida de los peces, sin decir que el hambre que me produce tu cuerpo es cosa de demonios, demasiada energía para que el corazón no estalle este fragor sin cruces donde muero el placer más hermoso de la dicha y hago los giros de caudal y efervescencia.

Dios junta sus luces, descuelga las estrellas y las pone en la piel de los amantes; y ellas se buscan, tratan de juntar su brío. La gravitación es el ángel y unen su materia sin radiaciones ocasionales, más necesarias que culpables. La constelación Lira existe y yo prefiero el floreo donde cada mañana pueda ver tus ojos. Solamente nosotros sabemos que el mundo es el principio donde la libertad sabe que el vástago y el amor son cosas bien iguales.



(Las Tunas, 12 de enero de 2015)









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