La salud del corazón
La música engrandece las
almas, fertiliza la poesía y nos llena de emociones que ofrecen su
reminiscencia. El Concierto de la Hispanidad realizado en la biblioteca “Alex
Urquiola” de Holguín, auspiciado por la UNEAC de la misma provincia y por el Frente
de Afirmación
Hispanista A.C., de México, que preside el estudioso Fredo Arias de
la Canal, llenó todas las expectativas del público numeroso que estuvo a pleno
disfrute: los niños guitarristas, Andy Juan Guerra Mastrapa, Adriana Batista
Zaldivar, Sheila Cristina Gordillo Manfugaz y Legna Tabares Martín, discípulos de Eliécer
Travieso Venereo, brindaron su encanto, Emanuel Travieso al piano y
luego el maestro Eliécer y el formidable pianista Franco Alejandro Rivero Bueno
colmaron la belleza, fue emocionante y sin lugar a dudas con un público
exquisito.
Las obras interpretadas fueron: Vals de Dionisio Aguado por
Adriana Batista Zaldivar, Vals por Sheila Cristina Gordillo Manfugaz; Pavana
de Diego Pisador por Andy Juan Guerra Mastrapa, Luego el conjunto de guitarra
integrado por los niños de la clase del maestro Eliécer Travieso interpretaron Españoleta
de Gaspar Sanz Burre; Posteriormente Legna Tabares Martín nos ofreció las
obras: Danza Mora de Francisco Tarrega, Gitanería de Ernesto
Lecuona y Suite Castellana de Federico Moreno Torroba. Seguidamente de Eliécer
Travieso Venereo nos deleitó con las obras: La comparsa, Siboney,
Danza Lucumi, Córdoba y Granada de Ernesto Lecuona; el
joven pianista Emanuel Travieso Tabares brindó las obras Tres
golpes de Ignacio Cervantes, Visiones Fugitivas V y Vll de S.
Prokofiev, Estudio 5 op.10, de F. Chopin, A.M.T.T del propio
interprete y el cierre toda una belleza de teclas lisonjeadas con Franco Rivero
Bueno que maravilló con la interpretación de las obras de Ernesto Lecuona: Si
me quieres un poquito, Como yo te quiero, Andar, Quiero,
Recordar, y Oye tú.
Joaquín Osorio Carralero, promotor cultural, fue el maestro de
ceremonia del concierto, el guión y la dirección estuvo a cargo del maestro
Travieso y de Raisa Tabares.
El concierto fue divino, luego nos complacimos con el recorrido por la
ciudad holguinera, esta vez Osorio se convirtió en excelente guía y conocedor
de la historia de la Ciudad de los Parques, visitamos el Centro Cultural Lalita
Curbelo, La Casa Natal de Calixto García, El Fondo de bienes culturales, La Periquera,
La Glorieta Ángel Díaz, El Mural Orígenes, el Restaurante 1545 y La Loma de la
Cruz entre otros sitios que nos hicieron reconocer que Holguín es un lugar de
formidable visita. Recibimos suficiente información y una compañía inolvidable.
Centro cultural Lalita Curbelo Barberan
La arquitectura de esta morada data de 1905. Es una viva expresión del
Eclecticismo. La gran poeta residió desde 1952 y hasta el 28 de diciembre del
2002, momento de su lamentable fallecimiento. La renombrada Torre, su
biblioteca con más de once mil títulos, se comenzó a construir el 27 de marzo
de 1954. Aquí escribió toda su obra poética. En ella se conserva la colección
de las publicaciones del Frente de Afirmación Hispanista A.C. de México y la
correspondencia con su Presidente, el Dr. Fredo Arias de la Canal, y más de mil
cartas de otras personas, postales, fotos, discos y documentos inéditos.
Casa Natal de Calixto García
El 4 de diciembre de 1839 nació aquí, en la calle San Diego hoy Miró
esquina a Rosario hoy Frexes. Esta Casa tiene características arquitectónicas
de finales del siglo XVIII. Sus ventanas de balaustres de madera torneada. La
fachada del inmueble esta rematada por un alero en sardinel donde se destacan
dos ventanas compuestas por dos hojas de cuarterones con postigos y balaustres
de madera torneada y la puerta principal a la española con postigo.
El cuerpo principal de esta casa está dividido del segundo cuerpo por
un arco de medio punto sostenido de pilastras adosadas a la pared. El techo es
de estilo mudéjar, de cuatro faldones elaborados con alfardas escuadradas y
tirantes pareados y rasurados.
Calixto García fue de los más grandes generales de nuestra historia.
Participó en la Guerra Chiquita de 1879, en la de 1868 y en la de 1895.
La Periquera
La Casa Rondán o Casa Fuerte fue mandada a construir por el rico comerciante
español, Francisco Rondán y Rodríguez, cuya fortuna había sido adquirida
mediante el contrabando al castellano Nicolás Borres Fernández, el que utilizó
como mano de obra a los primeros chinos llegados a Holguín y negros esclavos,
entre 1860 y 1868. La prestancia de su diseño arquitectónico, en que se
introduce el estilo neoclásico, de boga en el país, al ya conocido mudéjar,
rompió los cánones constructivos utilizados hasta esa fecha en la ciudad,
caracterizada por el lento desarrollo urbano y arquitectónico. Es el edificio
más representativo por ser el lugar donde más hechos históricos de importancia
han acaecido.
Fue tomada la planta baja por el Cuerpo de Voluntarios y fuerzas
españolas como bastión ante el ataque y sitio de la ciudad. Posteriormente fue
convertida en un edificio civil y su planta alta fue alquilada para vivienda de
tenientes gobernadores. En esta segunda se conserva un mural hecho por la
artista mexicana, Electa Arenal, sobrina del gran pintor Alfaro Siqueiros.
Mural Orígenes
Creado por iniciativa del Frente de Afirmación Hispanista A. C. de
México, la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos en coordinación con el
CODEMA y la Casa de Iberoamérica el 18 de junio de 2006. Sus autores fueron los
escultores Henry Wilson Albuernes y Rafael Michel Cruz. Recoge la historia de
la provincia de Holguín desde los aborígenes, la llegada de Cristóbal Colón en
1492 por Bariay, la figura del fundador del hato en 1545, el capitán español
García Holguín hasta nuestras guerras de liberación. Este fue un sueño
convertido en realidad por el escritor y promotor cultural de la Hispanidad, el
Dr. Fredo Arias de la Canal.
Restaurante 1545
Esta edificación ha sido modificada en dos ocasiones, en 1894 y 1910.
El techo es de alfardas rollizas. La sala posee un bello arco tribulado con
capiteles en los arranques y una mordedura hacia el interior, único en la
ciudad. La casa en sus orígenes fue de embarrado. Se destaca por la variedad de
arcos. Además del arco tribulado, tiene arcos de medio punto, ojivales y
rebajados. En ella vivió el sevillano José Maria del Salto, Maestro de Obras,
graduado en la Escuela Profesional de la Isla en 1882.
Holguín ciudad de artistas, de parques donde los enamorados se
arrullan, también tiene sitios naturales inolvidables. Por iniciativa del
organizador del evento, el profesor Eliécer Travieso, disfrutamos de un periplo
dirigido por Ecotur, donde nos familiarizamos con lo más auténtico de nuestras
tradiciones: campo adentro en ambiente de verdor y cubanía. Allí acogimos el
café molido o machacado con el pilón y luego colado: café puro; una mesa
natural fabricada de troncos y adornada de frutas frescas, custodiada por un
trapiche de hacer guarapo, donde nosotros le sacamos el jugo a la caña y nos lo
servimos de forma familiar, la canchánchara mambisa elaborada con miel de abeja
y aguardiente de caña; vimos seguidamente una buena muestra de gallos finos y
posteriormente nos fuimos a otra parte de la finca a montar caballo loma arriba
y disfrutar desde la altura la belleza de los campos cubanos.
Luego los paseos bucólicos:
el río de manantiales frescos y transparentes, el agua de la piedra virgen, fue
divino, los paisajes hermosos (que están dentro de lo más lindo que he visto en
Cuba), hicieron de la visita a Holguín la maravilla.
La cocina como parte
fundamental de la tradición cubana: los tostones, la carne frita, el congrí
oriental y el cerdo asado completaron el disfrute.
Tres días en que la familia
de Eliécer se convirtió en la mejor anfitriona. Raisa Tabares, maestra de
música y desdoblada en chef, también nos invitó a su hogar, ella con el mejor
de los gustos y la delicadeza, sus hijos guías y anfitriones de elevada
cultura.
El Concierto de la
Hispanidad nos permitió unirnos como una gran familia, a mí a darle energía a
la poesía.
SONATA
PATÉTICA (OP. 13.1799) / BEETHOVEN
“Nuestro padre es el Rhein”
Beethoven
El alma es sombra
donde pulso mis vírgenes,
se me van espejismos
todos mis pájaros callan.
La lluvia se adormece en
techos y cristales
son pájaros que habitan la
esperanza
Aún guardo mis días,
el Rhein bañando los sauces
Unser vater, rhein;
el dolor de mis ojos no
entiende leyes,
venganza de Cristo, lengua
silenciosa
para extirpar ruidos
desnudando mi piel.
Atravieso la vida
se me escapó el sonido de otros
pianos.
Aún busco oír la vuelta de
la noche,
la eternidad para decirle a
los dioses:
recuerdo la puerta, aunque
el timbre me duele
como esa fiebre que gobierna
a los sordos.
GESTOS
DE TORMENTA,
con Richard Strauss
Amo al del lenguaje
empedrado,
sin rebuscamientos entre
muros,
caricias, manantial de
sutileza,
adornamos el mar con las
flores del viento,
después soñábamos con el
salitre y las semillas.
Mi tierra es el secreto de
la palabra entenderse.
Todos ignoran la desnudez de
besos
(pies hundidos en la tez con
barro y lodo);
ojos, verdaderos ojos de
perlas usadas.
En medio del mar una
estrella hace mutis
con palidez de océano;
conozco ráfagas de miel y
corazón,
nubes que se convierten en
paisaje;
me baño en la niebla de
ausencia entre jirones
y una noche en su ostra.
Pertenezco al mundo de
entrega,
no voy a caminar después de
este planeta.
ANDRES
SEGOVIA, EN UN SOLO DE GUITARRA
(En el cosmos, la virgen ve
los escenarios y no entiende la marcha de los dioses, su baile de ojeadas.
Aplaude los jazmines: prevalecen en otro amanecer.) Voy a rasgar las cuerdas
como satisfacción por los viajantes. Que el mundo disfrute mi soledad de
astros, compañía que me abraza: todos están conmigo. El labio promete fulgor,
ritual de sexo, ilusiones, perfume con efluvios, contraluz de mis ojos y tu
oleaje. La primavera tiene gotas de piel, hedonismo que subyace en aguas de
este callado impulso, para que los amantes no detengan el ímpetu y las
corazonadas: vivan las pociones como licor de los deseos, en cada ciudad icen
la bandera del gusto por la música. Los letales conciben la historia en danzas
y temblores, sirven de puente para escapar de los muros, deslizarse encima de
la tristeza y concebir el arte como hijo y padre, don de la esperanza, canto
por los siglos y después de ellos.
SONOGRAMAS
I, DE LEO
BROUWER
Guitarra mía,
te vibro en la oscuridad y
tú lo dudas,
en frases señoriales
danzo y voy a danzar
y el aire me parece poco,
no conoces cuánto sonrío la
belleza,
lealtad y aroma de poetas,
quejido que conozco,
¡ven!, el castillo se abre
y los príncipes escogen un
vestido
para tu boda con el sol.
Brinda el murmullo más
cercano
al vuelo de los ángeles.
CAPRICHO
ARABE, DE
FRANCESC TARREGA
Te niegas a buscar en esta
levedad;
no te marches, sufro el
verso,
agua que cae tras la ventana
y esa nieve en mi alma como
llanto.
Las memorias se vuelven tu
capricho.
Devenir de cactus,
demencia en pájaros del
tejado
que quieren suicidarse,
volar la paz de otras
historias,
contra los pinos
que suben sus brazos hacia
el cielo:
árboles con poco corazón,
infieles a la tierra.
(Hacen volver al polvo
todo lo que le pertenece.)
NOCTURNO
No. 19 EN MI MENOR, DE CHOPIN. Op. Posth No. 1, Andante.
Te escondes y tu rostro me
es negado:
un brillo de corazón y
fuego.
No sabes que aguardo tu
llegada
para acercarme al mundo,
que tu melodía suba a mis
acordes
y leve como el aire
acaricies los frutos de mi
árbol.
Mi piel es libre,
alumbra la nostalgia de tu
boca
trotando sobre mí
al conocer la señal de tus
dedos,
el ritmo de noches que
vendrá
en cada primavera
y cada
invierno,
en
mis voracidades.
Amarte no es difícil,
tienes providencia en la
piel.
Escojo la sábana marital
para extenderla en la noche:
Los espectros
son los semidioses de esta
fábula.
SCHUMANN:
CARNAVAL, OPUS 9: “ESTRELLA”
Mi locura es aluvión de
saltos,
crepúsculo que aloca el
próximo día
y no hay armazones en el
impulso.
El hombre tiene
individualidades,
deniega la muerte,
implora una fiesta sin
reproches,
el espíritu hasta el
movimiento de los sauces,
cadencia de cortinas
ilustres
que mueven con el aire su
estadía,
con afectuosos que en las
noches vibran y pactan:
entregarse a la música y
vivir caminos de la fiebre.
Nadie sabe el despojo de las
máscaras,
amparo de rigidez y
tortura.
Albacea donde se vierte el
miedo,
locura de estar solo,
pieza de un ajedrez donde la
reina
esconde la penúltima
estocada.
BRAHMS:
QUINTETO PARA CUERDA Y PIANO EN FA MENOR
Voz
de primera luz:
No comprendo tu locura, me
haces crepitar cuando sonríes y resisto el látigo, dolor de puñales que no
intuyen mi punzada y cavan en mi pecho un pozo donde mueren los peces y las
aves escapan al dolor. (Es infame sentir quejidos de animales y no tolerar su
mundo, el odio que los oprime. Paso la mano sobre sus cabezas, aunque muerdan
mi intento de caricia.)
En el Mar Egeo existen
laberintos, infinidad de visiones, descanso de la ira. En la montaña reposan
los palacios. Hefestos abre la puerta de las nubes y las musas brindan su
cantar. Erato y Terpsícore ven el Olimpo como vanidad de los nacidos. Revelan
desnudez de madreperlas, y Afrodita nace de las espumas, señala con su dedo la
tierra y llueve de su lágrima.
RAPSODIA
ARGENTINA PARA PIANO Y ORQUESTA, DE ERNESTO LECUONA
Necesito que dances junto a
mí,
no detengas los pasos,
tu boca contra mi boca,
tus dedos sobre mis
dedos;
y el ángel no lo detengas,
puede adivinar mi sitio de
voz
con grácil melodía.
Soy luz y no lo duda el
tiempo,
corazón de ramajes sobre la
tierra,
falta la raíz
y te obsequio el llanto de
mi eternidad.
Existen lágrimas notables,
soporte de quietud
renace en las almas,
en cada pedazo de la vida.
La música es nuestra,
de los hijos universales que
fluyen
en guitarra, violín y piano
donde el espíritu se
adentra,
en el llamear profundo de lo
bello.
BEL
CANTO
Me gastaré en tus aguaceros
juveniles
como delfín danzando entre
las algas,
fuente donde Venus pide otra
imagen
y el silencio rehúye mi
embestida
(soplo de quejas herido
por Vivaldi).
Torbellino en el éter que
pierde su galaxia,
reliquias del mármol.
Un amasijo de bocas denuncia
el poder del encanto,
mis ropas ya se pierden sin
regreso:
es la fuga, cabalgar de
lluvia en las raíces,
delirio que parte al
Purgatorio.
En el arca de Noé reposan
tus gaviotas,
la brisa figura temores, el
desdén por la espina.
Nuestras máscaras no
esconden el espíritu,
buscan
agujeros de la sed.
Estas fauces aguardan la
hora,
como cristal el cielo
retorna hasta los ojos,
mi encrucijada no atiende
corceles.
Partirán en el susurro tus
dibujos,
azar de una
puerta,
reliquias
del mármol.
Un cascabel desenfrenó la
nuez y el augurio fue perenne,
derribamos los planes,
había que cuidar la luz sin
correr cortinas,
sin detenernos en la lava o
ceguera de los dioses.
El mundo aliviaría el plomo
a los pechos,
mientras tú y yo demoramos
la furia
y los candelabros eran
pulcritud de las aldabas.
Me diste las pupilas, tu
anillo,
exorcizaste mi ciudad:
cada palabra fue virgen en
lenguaje de nupcias,
los pinceles podrían narrar
la historia.
VASTAGO
Y SOLFEOS
“No dijo Dios cómo pudo,/
con qué secretos pinceles,
dibujar los oropeles/
blancos del pájaro mudo?”
D.
M. E.
Por ti el mundo es presagio,
dolor en madrugadas donde vacía sufro sin acorralar lo que esconde tu boca; las
manos no palpan el sueño porque la realidad se encumbra y las montañas sueltan
su piedra como derrumbe que no separa el lodo de la lluvia y afea el paisaje
sin creer que los atardeceres son regalo de Dios.
El árbol tiene su vástago y
cada sonrisa es cuño que reverdece desde la piel. La corteza es fecundada y yo
me contraigo, tus ojos me florecen y dan ganas de girar y correr a lo más alto
de la montaña, llamarte con un silbido, de esos que saco del pecho. En ti se
detienen porque solamente sabes leer mi sonrisa y que mis ojos brillen y mis
codicias no sean el aguacero que desflora su ritmo y versifique mi pubis hasta
que la desnudez confíe su estridencia, beba el horizonte hasta nacer el
equilibrio del goce como novia del enigma. Celestial es el secuestro, me
absorbe y leve muy leve se torna mi cuerpo en ondulaciones de tu cama. Órfico
caudal donde la musa es placer que despojo y pide alfombras junto a nuestra
cama porque existen caídas de luz y doy mis senos a tu boca sin dudar que miras
el diamante de mi ardor y tus delfines hunden su pecado con mis labios,
abanican el alma, navegan el mar y derrocho mi lengua por tu piel, revives y
fluyo. Varón del más íntimo acorde: la fruta es mágica… ¿Qué parto de
luminosidad nos pertenece? ¿Qué sangre se espiga en nuestros espíritus?
Vuelvo al ritmo seductor
donde el arroyo no es hilo de agua, es danza de palomas y el cielo nos ve como
pluviales notas que marcan la edad. Me deslizo hasta el gusto y aprieto tus
manos y la voluntad es elixir, lúbrico mi nombre se desliza a tu boca y te
obliga a gritar que mi desnudez tiene afines. Y un temblor de claveles hago
rodar a tus mejillas, en tu ebriedad, hasta caer estrellas y envolver los
dioses del Olimpo con cada zambullida de los peces, sin decir que el hambre que
me produce tu cuerpo es cosa de demonios, demasiada energía para que el corazón
no estalle este fragor sin cruces donde muero el placer más hermoso de la dicha
y hago los giros de caudal y efervescencia.
Dios junta sus luces,
descuelga las estrellas y las pone en la piel de los amantes; y ellas se
buscan, tratan de juntar su brío. La gravitación es el ángel y unen su materia
sin radiaciones ocasionales, más necesarias que culpables. La constelación Lira
existe y yo prefiero el floreo donde cada mañana pueda ver tus ojos. Solamente
nosotros sabemos que el mundo es el principio donde la libertad sabe que el
vástago y el amor son cosas bien iguales.
(Las Tunas, 12 de enero de
2015)
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