En la Casa de la Décima Celestino García, de Pinar
Infinitas alegrías asumieron las malaras en las voces de los poetas pinareños que durante el 2009, acompañados del grupo Fulgor Campesino, justificaron las sonoridades del tres, el laúd y la guitarra en las noches de los sábados a orillas del río Guamá, serpentina de cristal tan emblemática de la ciudad vueltabajera.
Finalizó un año y en su ocaso uno de los poetas más destacados del Parnaso, José Lorenzo Delgado, invidente (al centro en la foto), experimenta con beneplácito la edición de su cuaderno Forzando el pie, cuya preparación estuvo a cargo de Lorenzo Suárez Crespo e Irma Rodríguez Curbelo con los modestos recursos de la institución.
La Casa de la Décima Celestino García venía publicando hojas sueltas, plegables y plaquettes no solo con las obras de los poetas locales, sino que su objetivo fue más allá al tener en cuenta los homenajes que se han realizado a Celestino García, Celina González, El Indio Naborí, Juan de Mal Lara con su obra Mística Pasionaria, así como selecciones de los poetas más reconocidos de la provincia y que han dejado huellas de identidad, sentido de pertenencia y cubanía en los acordes de la estrofa mágica.
Es el primer cuaderno que ve la luz con estos sencillos esfuerzos y que puede ser posible gracias también a otras manos amantes de la malara que se nos tienden acá y más allá de nuestras fronteras.
José Lorenzo tuvo suficiente emoción como para saludar el regalo con esta improvisación.
Esta noche es de alegría
y el Guamá con ondas claras
es eco de las malaras
que le vierte el alma mía.
Se viste la poesía,
de yagua y penca de guano,
se eleva el punto cubano
orgullo de mi nación
cuando canto en el Ranchón
del poeta Juan Montano.
En las palabras iniciales, tanto Juan Montano como Lorenzo Suárez, disertaron sobre la significación de los meses transcurridos en el afianzamiento y desarrollo de la Casa de la Décima como emporio de la cultura tradicional popular en su veta poética más auténtica, la malara. La importancia que transpira como templo de la oralidad pinareña donde no solo se atesoran las obras que nos han precedido en sus voces más auténticas, sino que se propicia y alienta a los nuevos valores que no solo en los adultos, sino en los talleres de repentismo infantil, tienen sus más legítimos continuadores. Casa donde se dan cita con la malara otras tantas manifestaciones artísticas como expresión del trabajo cultural comunitario.
Fue un año de encuentros que se propiciaron con delegaciones de España, de Estados Unidos, México y en el propio patio representaciones del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado con Waldo, Pedro, Amor y otros amigos de dicho centro.
Visitas de diputados del Poder Popular, funcionarios de Cultura Provincial, así como de la UNEAC del territorio estuvieron departiendo estos lances culturales. En la UNEAC sostuvimos un encuentro con el resto de los proyectos socioculturales de la provincia con el seguimiento además del CIERIC y se dieron a conocer nuestras conquistas y metas, expuestas anteriormente en uno de los eventos del CIERIC desarrollado en Matanzas este año.
Un reportaje especial le dedicó espacio periodístico en la pluma de María Isabel Perdigón para dar a conocer detalles relevantes de esta cita sabatina tan popular, así como artículos encomiables de la columnista de Guerrillero Zenia Regalado.
En la Jornada Veraniega prestigiaron este Parnaso con su presencia los poetas Tomasita Quiala, Emiliano Sardiñas, Oniesis Gil y Felipe Pérez Alvarado. Otro aspecto a destacar fue la presencia de Pinar del Río en la Fiesta Cucalambeana de Las Tunas donde se presentó el conversatorio sobre las voces femeninas de la malara en Vuelta abajo, así como la participación de los jóvenes improvisadores Oniesis Gil, Leandro Camargo y Sindy Manuel Torres, quienes se alzaron con los premios más importantes del evento de repentismo.
Por primer vez y con mucho éxito tuvimos un espacio dentro del recito ferial durante la fiesta de los libros en el mes de febrero. Los poetas, acompañados de Fulgor Campesino, dieron libre vuelo a las diversas modalidades de la malara para encanto de un público que sabe reconocer en esta estrofa su sello de autenticidad y cubanía.
Estímulos como estas visitas en las que el Ingeniero mexicano, amante de la malara, José Luis Zamudio, tuvo palabras tan elogiosas al conocer personalmente el proyecto junto a su esposa, se consolidan con la solidaridad que nos fortalece desde otros países de Hispanoamérica y dentro de los cuales el propio México ha sido patente, pues el mayor enriquecimiento de la institución en su archivo bibliográfico para disfrute de la comunidad y de los visitantes a la Casa, han sido los libros y revistas recibidos del Frente de Afirmación Hispanista de México en la persona del señor Fredo Arias de la Canal, director, y su equipo de trabajo no solo propiciando actualidad al acercamiento de la poesía y la décima, sino a estudios investigativos y otros textos de valor literario y espiritual para el mejoramiento humano. Otros textos a mencionar son Quaderns de Poesía, desde Barcelona con Nostre Club, así como Carta Lírica del poeta, promotor cultural y Premio José Vasconcelos, Francisco Henríquez, publicaciones donde ha visto la luz la obra de nuestros poetas.
La divulgación ha tenido sus ecos en grandes amigos y apoyo incondicional en otros como es el caso del poeta Pedro Péglez González, y del Grupo Ala Décima, siempre atentos en su ayuda, promoción y comprensión. Muestras de solidaridad y estímulos nos propician los mensajes recibidos por correo electrónico desde toda Iberoamérica.
La primera versión de un concurso literario de malaras escritas con el tema Por la paz y contra el desarme nuclear resultó de gran importancia no solo para estimular la estrofa criolla, sino unir nuestras voces por la paz, la fraternidad y el trabajo cultural como elementos imprescindibles del hombre actual en su formación y dotes humanas.
Amigos como el poeta e historiador Jorge del Valle colaboraron en la realización de este concurso que tuvo en el Centro Provincial de Casas de Cultura el apoyo del jurado.
La noche propició como siempre espacios para los pies forzados, diálogos poéticos, el piropo cantado, las tonadas y como ya es habitual, la música bailable, plato a degustar por un público de todas las edades con los ritmos de nuestros bailes campesinos tradicionales y que, en cada edición, actualizan el legendario legado de los guateques.
El 2009 dejó sus huellas de reafirmación y nuevos vuelos para la malara que no se contenta con dormir en la letra impresa, sino animar sus cantos estimulada por las cuerdas y sobrevolando esas aguas que serpentean por el centro de la ciudad como un anuncio de que Juan de Mal Lara, Espinel, El Cucalambé, Naborí y los actuales seguidores la aman y enaltecen como su más auténtico sello de identidad y realización poética.
Con la impronta de un pie forzado pedido por el público, Félix López Machín, El Minerito, puso un sello de improvisación a la noche campesina con estos versos escoltados por las cuerdas el laúd.
Siempre que llega este día
de abrir la imaginación
la sangre del corazón
se me vuelve poesía.
Un mundo de lejanía
el recuerdo me condensa
y pido la dicha inmensa
de dignidad y valores
para los admiradores
por el año que comienza.
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