“La décima rescató la emoción”
En ocasión
del reciente I
Encuentro A la décima va la vencida en la provincia de Granma, el relevante
poeta tunero Carlos
Esquivel Guerra concedió esta entrevista al periódico granmense La Demajagua
Por Zeide
Balada Camps
Carlos
Esquivel Guerra,
poeta y narrador de Las Tunas, es franco y certero en sus palabras; agudo
observador de cuanto vive y le rodea, por eso sus versos tienen el color de
este tiempo, con sus luces y sombras.
Tuve la
oportunidad de conocerle de manera casual. Recientemente, llegó a Granma como
invitado del primer
Encuentro nacional A la décima va la vencida, organizado por la Asociación
Hermanos Saíz de la
provincia.
Una amiga muy
cercana motivó las presentaciones. Luego compartimos historias de la infancia,
proyectos literarios, ambiciones, sueños, jaranas, versos, en especial los
octosílabos que ocupan un lugar privilegiado entre los demás.
En el camino
literario, al principio no los tomó en serio, y casi se burla de quienes los
elegían. Hacía algunos con carácter humorístico, pero así le fue tomando el
gusto y se enamoró de la rima, a tal punto que formó parte de esa generación de
finales del siglo XX que rompió esquemas.
En su
trayectoria ha obtenido varios lauros que refrendan la valía de sus propuestas,
entre estos los Premios Nacional Cucalambé, en 1998, por Perros ladrándole a Dios y el Iberoamericano
Cucalambé, en el 2005, por Toque de queda.
-¿Qué valor
tiene la décima para la cultura cubana?
– Nunca ha
dejado de ser parte esencial y privilegiada de la cultura cubana, aun sin ser
una estrofa nacida aquí. Sin embargo, por ese carácter tan musical y ritmo que
tenemos los cubanos la reinventamos y se convirtió en parte de nosotros. Ha
sido una especie de robo bienvenido.
“Existen
demasiadas evidencias de que la llamada estrofa nacional no solo renovó su
propio panorama sino el de la literatura cubana de finales del siglo XX.
“Por zonas y
épocas estuvo matizada de la absorción de cierta forma de conceptualizar la
vida cubana y lo que nos preocupa e interesa es distinguir hasta qué punto esa
marca, esa influencia de esa escritura fresca, renovadora, se reinventó y
jerarquizó sus voces y actitud creativa”.
-¿Por qué
crees que esta estructura poética ha sido relegada o subvalorada por la crítica
literaria?
– “Existe un
sentido muy estrecho de atreverse a remover cosas, proponer un pensamiento
provocador, lúcido, con una coherencia intelectual, eso es nulo dentro del
ámbito de la crítica.
“La décima ha
sido totalmente ignorada, despreciada diría yo. Los críticos tienen que
revaluar maneras de entender un proceso de escritura que es auténtico, legítimo
y contemporáneo como cualquiera de los otros.
“Discriminan
a la poesía rimada y para mi es más fácil hacer un verso libre, un poema
solemne, que hacer uno en el que se concentre humor o sea rimado.
“Yo escribo
todas las formas y me desenvuelvo con una mirada bastante optimista porque no
me dejo apresar por esas supuestas cárceles, que a veces son invisibles y están
muy cerca de uno mismo.
“Lo más
doloroso es que no exista en el país una revista que legitime y jerarquice el
valor de la décima en la escritura poética, prácticamente, no se publican
libros en las editoriales nacionales.
“Escasos
textos han ganado un premio de la crítica. Existen antologías pero son pocas,
subvaloradas y desapercibidas. Es un fenómeno creciente y doloroso.
“En parte es
responsabilidad de los propios cultores, la décima tenía una carta de
presentación muy estigmatizada, con un contexto muy marcado en lo campesino,
bucólico… Mover el panorama fue complejo, incluso todavía hay zonas
generacionales, autores más antiguos, que no asimilan ni les interesa la más
nueva.
“Tenemos que
convivir en paz. El arte es una especie de carrera de relevo, donde una
generación no solo le entrega un batón a la otra, sino que la precedente te
aparta y te desplaza.
“Hay que
asimilar las influencias, las maneras con que poetas importantes de Cuba como
Lezama Lima, Eliseo Diego, Raúl Hernández Novás, la escribieron con total
libertad sin ningún tipo de prejuicio. Pero ahora, los aires son muy
diferentes”.
- ¿Cuáles son
los principales elementos que se han renovado?
– Hay una
conciencia de que lo que escribo es poesía, aunque la escriba en décima, no
estoy enclaustrado en una forma que te controla el ritmo.
“La décima ha
asimilado referencias culturales diversas: el cine, las artes plásticas la
música. De alguna manera estas manifestaciones estuvieron en el escenario
dramático para convertirla en un verdadero manantial.
“Por otra
parte está la búsqueda, la preocupación y la provocación de temas conflictivos
dentro de la sociedad cubana. Los decimistas, por lo general, siempre fueron
muy apacibles y cantaron a temas muy tradicionales; los nuevos se atrevieron a
involucrarse en actos de exploración novedosa.
“El poema de
diez versos, estaba a la par o muy por encima de la poesía nacional, que se
encontraba metida en cierto toque solemne y chirriante, un tipo de poesía
cerebral, buscando huir de la emoción. Yo creo que la décima rescató esa lírica
que necesita lo emocional pero buscando una particularidad cultural o formas
muy contemporáneas de asumir la vida intelectual de un lugar”.
- ¿Cuáles son
las libertades creativas que te brinda este forma de creación poética?
– La libertad
siempre es interior, los límites están en uno mismo. La décima, como es tan
discriminada, separada de los puntos jerárquicos que impone la estructura
crítica del país, pues ahí uno se atreve decir cosas que otros no dicen,
sorprende, prioriza un tema, una forma de expresarse. Creo que la libertad es
una prisión muy complicada y en la poesía más.
“Este tipo de
poema tiene una estructura aparentemente muy limitada, ocho sílabas métricas,
diez versos. El ámbito, la preocupación, la capacidad creativa y renovadora del
poeta, le llevará a hacer lo que quiera, sin olvidar que comunicar es lo
primario.
“A veces te
encuentras a un escritor que experimenta y no te dice nada, lo más importante
es transmitir esa energía que te remueve el mundo interior, y si no tienes la
posibilidad de expresarlo, el silencio es la mejor respuesta”.
-¿Qué opinas
del naciente encuentro
A la décima va la vencida?
– Es importante
defender proyectos que estén a favor de la cultura, en cualquiera de las
manifestaciones y más cuando estas son relegadas. Además, que sea en Granma,
donde tienen algunos de los líderes importantes como Alexander
Besú, Jorge
Adrián Betancourt, Alexander
Aguilar… Esto vamos a
apoyarlo y defenderlo con todas las armas.
Versión
original: La
décima rescató la emoción
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