El tiempo, el hombre y la memoria
Por Roberto
Manzano, de su sección Tropos, en CubaLiteraria (Fragmento)
Es una marca
estilística de la poesía regional agramontina, más allá del esmero en el uso
del castellano de que son depositarios proverbiales, la fina imaginación
compositiva. Siempre, de alguna manera, sus productos líricos son ricos en el
diseño interior, en la fantasía para disponer sus mensajes. Aunque escriben,
como en todas partes, textos de una sola linealidad constructiva, siempre
tienen en su conjunto creador piezas que implican un montaje, por muy esbozado
que sea, en el que una elegante teatralidad oculta gobierna el movimiento
expresivo. Es el caso también, como buen agramontino que es, de la poesía de
Alejandro González, que se caracteriza por una callada ambición estructural.
Sus libros se arman y rearman, disponiéndose escénicamente, y en algunos de
ellos se alcanza una bella puesta en página, que es, indudablemente, una
dramaturgia sonora del asunto. Todo gesto profundamente romántico exhibe, como
en la mejor poesía cubana de todos los tiempos, un sustrato de índole clásica,
que crea una extraña resonancia total en la dicción. En esas búsquedas, no
apriorísticas, sino inmanentes a los contenidos que se sueñan expresar, la
poesía de Alejandro González encauza con éxito la complejidad psicológica del
sujeto lírico, y revela aspectos sustanciales de nuestro mundo de hoy, en
términos de relación humana.
Alejandro González Bermúdez.
Especialista de Relaciones Públicas del Centro Provincial del Libro y la
Literatura en Camagüey. Poeta. Ha publicado los poemarios: Como un delfín
después de la acrobacia (Ediciones Ácana, 1997); Fábulas del tiempo y la
memoria (Ediciones Holguín, 2000); Confesiones del espejo (Ediciones
Ávila, 2000); Toda la verdad del tiempo (Ediciones Ácana, 2001); Selección
Poesía camagüeyana (Ed. Ácana, 2003); Cuadernos del Escriba
(Ediciones Santiago, 2005). Algunas de sus obras han sido publicadas en
revistas como La Gaceta de Cuba, Matanzas, Caimán Barbudo,
Cauce, Cine Cubano, Antenas y otras publicaciones
nacionales y provinciales. Formó parte de la gira nacional de poetas y
trovadores "La Estrella de Cuba", proyecto en homenaje al
bicentenario del natalicio de José María Heredia. Ha obtenido varios
reconocimientos provinciales y nacionales, entre ellos: Premios de la Bienal de
Literatura de la Asociación Hermanos Saíz en Camagüey (1993 y 1997), Premio
Nacional Décimas a la Ciudad (Las Tunas, 1998), Premio Nacional de Poesía
Adelaida del Mármol (Holguín, 1998), Premio Nacional de cuento breve Casa
Tomada (Ciego de Ávila, 1999), Premio Nacional de Poesía Eliseo Diego (Ciego de
Ávila, 1999), Mención en el Premio Nacional de Poesía Manuel Navarro Luna
(Manzanillo, 2001 y 2002 y Premio Especial de Poesía Aniversario 490 de la
Fundación de Santiago de Cuba (Santiago de Cuba, 2005). En varias ocasiones ha
alcanzado el Premio de la Ciudad de Camagüey y el de la UNEAC en esta
provincia. En 1999 le fue otorgado el Premio Príncipe de Televisión Camagüey.
Obtuvo mención en la VI edición del Premio Internacional de Poesía Nicolás
Guillén (UNEAC-Quintana Roo, México, 2004).
EL TIEMPO, EL
HOMBRE Y LA MEMORIA
El Hombre
Tengo al
doblar el acoso
de un reclamo que me increpa
el verso, como quien trepa
mi voluntad con el gozo
de estar logrando un esbozo
de mi pasado. Yo le hablo.
Si no fecundo el vocablo
harán de la mente alpiste,
desavenencia, y qué triste
será el pretexto del diablo.
de un reclamo que me increpa
el verso, como quien trepa
mi voluntad con el gozo
de estar logrando un esbozo
de mi pasado. Yo le hablo.
Si no fecundo el vocablo
harán de la mente alpiste,
desavenencia, y qué triste
será el pretexto del diablo.
El tiempo
Iza la luz y
no esperes
que el oscuro provocado
se haga reto. Ha equivocado
su papel. Del público eres.
No por lo astuto que fueres
andarás camino intacto.
Sube el telón. Primer acto.
Del pecado se mintió.
Baja el telón. Se aplaudió
por el hechizo. No hay pacto.
que el oscuro provocado
se haga reto. Ha equivocado
su papel. Del público eres.
No por lo astuto que fueres
andarás camino intacto.
Sube el telón. Primer acto.
Del pecado se mintió.
Baja el telón. Se aplaudió
por el hechizo. No hay pacto.
La memoria
Hay brindis.
Cantos de parto.
El acertijo es que nazca
entre rumor y hojarasca
un ángel. Habrá reparto
de bendiciones. Un cuarto
para la danza y el juicio,
el arrecife, su vicio
por delirar. La fortuna
que se intuye es de la cuna,
no signo de maleficio.
El acertijo es que nazca
entre rumor y hojarasca
un ángel. Habrá reparto
de bendiciones. Un cuarto
para la danza y el juicio,
el arrecife, su vicio
por delirar. La fortuna
que se intuye es de la cuna,
no signo de maleficio.
El hombre
Ya vuelvo.
Por el aviso
que significa atreverse
hago mis votos. No es verse
con la duda de improviso.
No es por el miedo. Está el piso.
Y está el conjuro del precio.
Igual tozudez. ¿El necio?
Se convertirá en demonio.
¿La reja? Su patrimonio.
Yo hablaba del otro aprecio.
que significa atreverse
hago mis votos. No es verse
con la duda de improviso.
No es por el miedo. Está el piso.
Y está el conjuro del precio.
Igual tozudez. ¿El necio?
Se convertirá en demonio.
¿La reja? Su patrimonio.
Yo hablaba del otro aprecio.
El tiempo
Volvamos los
dos. De agravios
nos minaron la existencia,
el empeño. La paciencia
no es del ojo. Es de los labios.
Por tu edad sé de los sabios
que guardan mucho misterio.
De palacio y cementerio
también sé. Pero me callo,
porque el silencio es ensayo
de la voz en cautiverio.
nos minaron la existencia,
el empeño. La paciencia
no es del ojo. Es de los labios.
Por tu edad sé de los sabios
que guardan mucho misterio.
De palacio y cementerio
también sé. Pero me callo,
porque el silencio es ensayo
de la voz en cautiverio.
La memoria
Si todo
ensayo es viraje,
¿la absolución dulcifica?
¿El alma se mixtifica
en la cruz? Al abordaje
se rememora el linaje
aunque maldigan la fecha.
La apuesta no se deshecha.
Eso permite un adagio.
Es la muerte. Solo un plagio.
Como ironía. O sospecha.
¿la absolución dulcifica?
¿El alma se mixtifica
en la cruz? Al abordaje
se rememora el linaje
aunque maldigan la fecha.
La apuesta no se deshecha.
Eso permite un adagio.
Es la muerte. Solo un plagio.
Como ironía. O sospecha.
El hombre
Mas lo cierto
es que resiste
la mentira sobre el óleo,
¿o es la verdad? De linóleo
hice su barca y embiste
contra mí. Es como un quiste
que devuelve en el azoro
los recuerdos. Como un coro
que murmura en el exilio
del pecho. Es que me afilio
sólo un temblor. No demoro.
la mentira sobre el óleo,
¿o es la verdad? De linóleo
hice su barca y embiste
contra mí. Es como un quiste
que devuelve en el azoro
los recuerdos. Como un coro
que murmura en el exilio
del pecho. Es que me afilio
sólo un temblor. No demoro.
El tiempo
¿Andamos
solos o juntos?
¿Qué es este filo que aparta
nuestro discurso? ¿Una carta
o la envidia? Otros asuntos
nos pulsan. ¿Ven esos puntos
luminosos que parecen
pequeños puertos que crecen
allá en el cielo? Son puertos
para ahogar los desaciertos
que se mecen y se mecen…
¿Qué es este filo que aparta
nuestro discurso? ¿Una carta
o la envidia? Otros asuntos
nos pulsan. ¿Ven esos puntos
luminosos que parecen
pequeños puertos que crecen
allá en el cielo? Son puertos
para ahogar los desaciertos
que se mecen y se mecen…
El hombre
¿Ves?, el
noble inquisidor,
el astuto nigromante,
¿de qué te sirve delante
de la sangre y el cantor?
¿Te conoce el hacedor
y el duende? Pensaba en Dios.
No les confunda mi voz.
Habrán de hurgar en el fondo,
yo tengo puertos y escondo
un arco, pero son dos.
el astuto nigromante,
¿de qué te sirve delante
de la sangre y el cantor?
¿Te conoce el hacedor
y el duende? Pensaba en Dios.
No les confunda mi voz.
Habrán de hurgar en el fondo,
yo tengo puertos y escondo
un arco, pero son dos.
La memoria
Pasó el
olvido. Pasó
mirándonos en la enhiesta
sombra y en la pura siesta.
Nadie pregunta al que dio
su desnudez y voló
la llama, el espanto, el Cristo
mismo. Nadie. No me han visto
deshojando mis entrañas.
Adiós, dolencias extrañas;
me equivoco, luego existo.
mirándonos en la enhiesta
sombra y en la pura siesta.
Nadie pregunta al que dio
su desnudez y voló
la llama, el espanto, el Cristo
mismo. Nadie. No me han visto
deshojando mis entrañas.
Adiós, dolencias extrañas;
me equivoco, luego existo.
Versión
original y completa, mediante este link: CubaLiteraria
Desde febrero
del 2016, Alejandro González Bermúdez es miembro
del Grupo Ala Décima, y coordina las actividades de nuestra agrupación en
su provincia.
MÁS SOBRE
ESCRITORES DECIMISTAS DE ESTA PROVINCIA:
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