Una novela con nombre equivocado
Ampliado de Trabajadores
digital
Al voltear la última página
del libro, confirmo lo que pensé desde el inicio: No es el título que yo al
menos hubiera preferido, el de esta novela Sed
de sangre, del poeta y narrador Modesto
Caballero Ramos (Mayarí, 1948), aparecida bajo el sello de la Editora
Política en la reciente Feria Internacional del Libro
Cuba 2013.
Sin desdeñar los aciertos de
sus anteriores obras de narrativa policíaca, publicadas en los cuatro años
precedentes —Culpable
sin castigo; Saravia
105, donde el cielo se ve cuadrado; Ciudad
en pánico y Doble
jaque—, esta de ahora seduce. Seduce incluso antes de entrar en ella,
porque ya la nota de contracubierta nos anuncia que se trata del primer caso de
asesinos en serie en toda la historia de la investigación policial cubana.
Seduce —siempre en el
sentido decoroso de captar el ánimo y no en la connotación de embuste que
también puede tener el verbo— por su montaje cuasi cinematográfico y el empleo
de otras técnicas como las mudas temporales y espaciales, que junto al eficaz
manejo dialógico y otros recursos, conforman una atmósfera capaz de mantener el
interés de quien lee.
Cautiva también porque
sortea con habilidad los escollos de un escenario de compleja multiplicidad y
numeroso y vario espectro protagónico. Sobre el filo de esa navaja, el autor
logra tender con mano firme el hilo dramatúrgico, y a mi modo de ver, lo
consigue con un mínimo de riesgos de que esa hebra sea cortada por el
anonadamiento del lector.
Atrapa por la
caracterización hábil de los personajes —desde luego, con mayores alcances en
los más determinantes para la trama— pero sobre todo por la indagación humana y
el relieve cubanísimo que late en cada caracterización principal.
Y más especialmente, seduce
esta novela por la tangibilidad con que presenta a los héroes del conflicto.
Aquí no hay policías de piedra, productos de un canon superficial por desdicha
presente todavía. Ni agentes edulcorados en el tratamiento de su talento
investigativo o su audacia personal. Aquí los héroes son todo lo imperfectos
que son los seres humanos, con sus aciertos y desaciertos, sus conflictos
internos e interpersonales, y si llegan a héroes es precisamente porque son
capaces de actuar, muy por encima de sus sumas y restas, en favor de la
justicia y en defensa de la ley y de la ciudadanía.
Lo sabe bien el autor, que
viene de esas filas —y esto no lo dice el libro— de los instructores
policiales, mílites de una especialidad crucial en el enfrentamiento a la
delincuencia y al crimen, y que arriesgan cotidianamente en sus empeños su
propia vida espiritual y física.
Una especialidad, tal vez,
de las que menos se habla en todo el quehacer de la Policía, requerida por lo
mismo del conocimiento y reconocimiento del gran público. A eso sirve también
esta Sed de sangre que hay que
agradecer a la Editora Política. Y a Modesto
Caballero y su sed de tributo a sus compañeros de antes y de ahora.
MÁS SOBRE EL AUTOR:
Modesto
Caballero tiene publicado además el decimario Piedra de escándalo (Guatemala, 2008), cuyo
primer aniversario celebraron los amigos de Guatemala en décimas
—quienes hicieron posible su edición— con el
suyo propio, en julio del 2009. (Vea
imágenes de la presentación, en el 2008, de Piedra
de escándalo, dado a la luz por la
Editorial Universitaria guatemalteca). En la sección Decimacontexto:
Alzarse
al cielo desde la piedra, prólogo del libro, por Pedro
Péglez González.
De Modesto, una crónica
sobre su participación en la Semana de la Cultura de 2010 en su Mayarí natal.
Licenciado
en Ciencias Penales y graduado del Diplomado Historia y Práctica de la creación
poética en la promoción del 2006, en ese año Modesto fue ganador del tercer
premio en el concurso iberoamericano Cucalambé. Es vicepresidente
del
Grupo Ala Décima y subdirector
de este sitio Cuba Ala Décima. Reseñas
suyas aparecen en los sitios web Odiseo
en el Erebo y Arte
poética, del poeta salvadoreño André
Cruchaga. El blog de los colegas
guatemaltecos ha recogido numerosos textos suyos. Uno de los más recientes es
el titulado Apoyo.
De Piedra de escándalo es esta estrofa:
LOS PASOS DEL SILENCIO
Cruza la noche en silencio
calzando zapatos claros
van rumbo a los desamparos
de mis pies, los diferencio.
Vuelan las grullas, sentencio
que algún preludio retarde
al sol que en mis venas arde,
pero la noche no cura
mi cansancio. Sigue oscura
mi vocación de ser tarde.
En nuestros archivos, varios
poemas de ese poemario:
—Imagen
—Óleo de familia
—Sucesos
—Y me vestiré despacio…
—Ágape del ultraje
—Crono vs. Hombre
—Espergesia II
—Odios blancos
—Supervivencia
—A desandar la Mancha por la ruta…
—Leyendo Los estertores del agua…
—Óleo de familia
—Sucesos
—Y me vestiré despacio…
—Ágape del ultraje
—Crono vs. Hombre
—Espergesia II
—Odios blancos
—Supervivencia
—A desandar la Mancha por la ruta…
—Leyendo Los estertores del agua…
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