viernes, 5 de abril de 2013

Quinta obra policíaca de Modesto Caballero


Una novela con nombre equivocado

 


Al voltear la última página del libro, confirmo lo que pensé desde el inicio: No es el título que yo al menos hubiera preferido, el de esta novela Sed de sangre, del poeta y narrador Modesto Caballero Ramos (Mayarí, 1948), aparecida bajo el sello de la Editora Política en la reciente Feria Internacional del Libro Cuba 2013.

Sin desdeñar los aciertos de sus anteriores obras de narrativa policíaca, publicadas en los cuatro años precedentes —Culpable sin castigo; Saravia 105, donde el cielo se ve cuadrado; Ciudad en pánico y Doble jaque—, esta de ahora seduce. Seduce incluso antes de entrar en ella, porque ya la nota de contracubierta nos anuncia que se trata del primer caso de asesinos en serie en toda la historia de la investigación policial cubana.

Seduce —siempre en el sentido decoroso de captar el ánimo y no en la connotación de embuste que también puede tener el verbo— por su montaje cuasi cinematográfico y el empleo de otras técnicas como las mudas temporales y espaciales, que junto al eficaz manejo dialógico y otros recursos, conforman una atmósfera capaz de mantener el interés de quien lee.

Cautiva también porque sortea con habilidad los escollos de un escenario de compleja multiplicidad y numeroso y vario espectro protagónico. Sobre el filo de esa navaja, el autor logra tender con mano firme el hilo dramatúrgico, y a mi modo de ver, lo consigue con un mínimo de riesgos de que esa hebra sea cortada por el anonadamiento del lector.

Atrapa por la caracterización hábil de los personajes —desde luego, con mayores alcances en los más determinantes para la trama— pero sobre todo por la indagación humana y el relieve cubanísimo que late en cada caracterización principal.

Y más especialmente, seduce esta novela por la tangibilidad con que presenta a los héroes del conflicto. Aquí no hay policías de piedra, productos de un canon superficial por desdicha presente todavía. Ni agentes edulcorados en el tratamiento de su talento investigativo o su audacia personal. Aquí los héroes son todo lo imperfectos que son los seres humanos, con sus aciertos y desaciertos, sus conflictos internos e interpersonales, y si llegan a héroes es precisamente porque son capaces de actuar, muy por encima de sus sumas y restas, en favor de la justicia y en defensa de la ley y de la ciudadanía.

Lo sabe bien el autor, que viene de esas filas —y esto no lo dice el libro— de los instructores policiales, mílites de una especialidad crucial en el enfrentamiento a la delincuencia y al crimen, y que arriesgan cotidianamente en sus empeños su propia vida espiritual y física.

Una especialidad, tal vez, de las que menos se habla en todo el quehacer de la Policía, requerida por lo mismo del conocimiento y reconocimiento del gran público. A eso sirve también esta Sed de sangre que hay que agradecer a la Editora Política. Y a Modesto Caballero y su sed de tributo a sus compañeros de antes y de ahora.


MÁS SOBRE EL AUTOR:

Modesto Caballero tiene publicado además el decimario Piedra de escándalo (Guatemala, 2008), cuyo primer aniversario celebraron los amigos de Guatemala en décimas —quienes hicieron posible su edición— con el suyo propio, en julio del 2009. (Vea imágenes de la presentación, en el 2008, de Piedra de escándalo, dado a la luz por la Editorial Universitaria guatemalteca). En la sección Decimacontexto: Alzarse al cielo desde la piedra, prólogo del libro, por Pedro Péglez González.

De Modesto, una crónica sobre su participación en la Semana de la Cultura de 2010 en su Mayarí natal. Licenciado en Ciencias Penales y graduado del Diplomado Historia y Práctica de la creación poética en la promoción del 2006, en ese año Modesto fue ganador del tercer premio en el concurso iberoamericano Cucalambé. Es vicepresidente del Grupo Ala Décima y subdirector de este sitio Cuba Ala Décima. Reseñas suyas aparecen en los sitios web Odiseo en el Erebo y Arte poética, del poeta salvadoreño André Cruchaga. El blog de los colegas guatemaltecos ha recogido numerosos textos suyos. Uno de los más recientes es el titulado Apoyo. De Piedra de escándalo es esta estrofa:


LOS PASOS DEL SILENCIO

Cruza la noche en silencio
calzando zapatos claros
van rumbo a los desamparos
de mis pies, los diferencio.
Vuelan las grullas, sentencio
que algún preludio retarde
al sol que en mis venas arde,
pero la noche no cura
mi cansancio. Sigue oscura
mi vocación de ser tarde.

En nuestros archivos, varios poemas de ese poemario:






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