Fiel
mensajera
Por Maritza Rodríguez Marín
y Juan Carlos García Guridi
Pascual Basilio Figueroa Valdés (Tatao) es en Batabanó una persona conocida y admirada por todos. Homenajeado en la más reciente edición de
Nacido el 17 de mayo de 1932, en la finca San Pedro, Caserío Pedroso, improvisa desde los nueve años y siente especial orgullo de haber nacido en fecha tan significativa para los campesinos cubanos. Devoto de Angelito Valiente, confiesa su predilección por los temas "tristes y de amor".
Aunque actualmente se encuentra alejado de las canturías por problemas de salud, su poesía se caracteriza por un lenguaje sencillo en el que nunca falta el aliento criollista:
Mi casa de guano real,
jocuma, ateje y guairaje
era parte del paisaje
de aquella zona rural.
La solera del portal
era una hermosa majagua
y para evitar que el agua
entrara por el tabique
los clavos eran de arique
y el entablado de yagua.
Ha colaborado con la sección Diez por los Cinco y se siente satisfecho de haber compartido escenarios con los poetas Orlando Parra, Renito Fuentes, Gerardo Vázquez Lemus, Juan Carlos García Guridi, los hermanos Jesús y Héctor Montesinos, Jesusito Rodríguez, entre otros.
Actualmente está empeñado en la terminación de una novela en décimas que él mismo la considera "de amor y política", si bien contiene un marcado sentido autobiográfico:
Huérfano y sin capital
el sexto grado alcancé
en el tiempo que logré
ir a una escuela rural.
A una lucha desigual
me enfrenté con el destino
y le confesé al camino
la pena que me embriagaba
mientras que se desangraba
mi corazón campesino.
Eterno aficionado a las musas, para Tatao la décima es fiel mensajera de los sentimientos e ideas de los hombres de pueblo y es junto con Gloria Hernández, su compañera de la vida, una de las razones que lo mantienen en pie para continuar adelante.
Vea texto original en el periódico El habanero.
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