martes, 8 de septiembre de 2020

Iscajim tiene cosas asombrosas


Para reír en tiempos de COVID
 
En estos difíciles tiempos de la pandemia COVID-19, no debemos olvidar que el humor es siempre una medicina invaluable para el espíritu. (Por la foto, lector, no se me asuste, tal vez sea una parte de la broma a que nos convida el invitado de hoy). El humorista, periodista y poeta Israel Castellanos Jiménez, más conocido como Iscajim (La Habana, 1942) es participante asiduo en los intercambios poéticos (humorísticos y no) publicados en nuestro sitio. De él hemos dado a conocer, además, su poema Poniendo a prueba al poeta, así como Iscajim contra el bloqueo, décimas suyas dedicadas a cada uno de los presidentes estadounidenses que han ejecutado el criminal bloqueo contra Cuba, y su texto Las mariposas nocturnas también tienen alas, una valoración, acompañada de varias estrofas y relacionada con el contrapunto —tan antiguo como los orígenes mismos del Arte y la Literatura— entre lo llamado “culto” y lo llamado “popular”. Ahora Iscajim nos hará reír con estas estrofas que, bajo el título de Tengo cosas asombrosas, fueron publicadas originalmente en la revista humorística Palante.


TENGO COSAS ASOMBROSAS
(Contado en décimas de IsCaJim)

   Tengo un chivo que patea  / con patadas de caballo / y en mi cama duerme un gallo / que canta a una jicotea. / Dos langostas de pelea /  que saben tocar el piano / con fuerte voz de soprano. / Y un gordísimo ciempiés /  enamorado de un pez / y solo come banano. //

   Tengo un perro que maúlla / y se trepa por un pino, / y le regalé a un vecino / un gato con siete patas. / El gato usa mis corbatas. / Tengo un topo y un iguana / dentro de una palangana / y se van al Polo Sur / a desayunar yogur / y ensalada de manzanas. //

   En la bolsa de un canguro / vive un oveja barcina / que repta, salta y camina / con zapatos de pan duro. / Y sin temor yo le juro / que por la noche yo siento / los quejidos y el lamento / de una gran gaviota blanca / que tiene una pata manca / y las plumas de cemento. //

   Tengo una burra preciosa / que se peina y se maquilla / con perfume y mantequilla  / como la Pantera Rosa. / Y en la azotea una osa / del desierto del Sahara / que tiene verde la cara / y arma tremendo brete / si se le pierde un arete / que mide más de una vara. //

   En el refrigerador / que hace un año ya no enfría / vive una gallina mía / cerrada en ese calor. / Le gusta el clavo de olor / con miel y azúcar refino, / cebolla, ajo y comino, / y alegre las alas bate / por maní con aguacate / en un jugo de pepino.//

   Me dieron unas conejas / que venden bastante caras / por ser escasas y raras / pues se anudan las orejas. / Así parecen más viejas. / Y en el patio hay unas ranas / con el pelo blanco en canas / y una enorme lagartija / con su hermana y  su hija / vestidas de mexicanas //

   Tengo un pozo en el jardín / donde habita una ballena / medio azul, medio morena / casada con un delfín. / ¿Mi mascota?: Un puercoespín / con sus espinas doradas / en dos trenzas bien peinadas / y sale al parque el domingo / a pasear con un flamingo / de largas patas rosadas. //

   Me mandaron de regalo / desde la Europa lejana / una elefantica enana / en una jaula de palo. / También me llegó un escualo / con dentadura postiza / especial para sonrisa, / para risa y carcajada, / con barba bien afeitada / y que solo come pizza. //

   Un esquimal argentino / y su mujer medio loca / me trajeron una foca, / y un iglú con un pingüino. / El ave es del Monte Alpino, / de un color que causa espanto, / pero especialista en canto; / le fascina  jugar bromas, / te recita en cinco idiomas, / inclusive en esperanto. //

   Blanca con mancha rosada / dentro de una bañadera / tengo una puerca lechera / que da leche condensada. / Hasta la ofrece enlatada.  / La puerca se llama  “Nena”  / y por ella siento pena. / Mi mujer le ha echado el ojo: / tiene el capricho, el antojo, / ¡quiere asarla en nochebuena! //







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