domingo, 24 de mayo de 2020

Con diez que se quieran… por Madeleine


En la sección Bibliofagias, de Granma

A propósito del aniversario 50 del Periódico Trabajadores (6 de junio, 1970-2020)


Al poeta, periodista e historietista Pedro Péglez estuvo dedicada el pasado febrero, en el municipio de La Habana del Este, la Feria del Libro, el más populoso de los eventos que, pocos días después, cuando otras provincias se disponían a celebrarlo en sus respectivos territorios, quedaría pospuesto a causa de la pandemia.

Justo fue entonces el homenaje al presidente del Grupo Ala Décima, de escritores decimistas, con sede en Alamar, una agrupación que se adscribe al Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado (CIDVI) del Ministerio de Cultura, que llegó en ese propio mes a su aniversario 20. Fundado por varios autores residentes en la zona, pronto el equipo fue avalado como el primer proyecto del CIDVI y es actualmente recinto y taller de la décima escrita, un espacio para conocer, identificarse y consolidar un noviazgo indisoluble con esa dama entrañable, la «viajera peninsular» que llegó hace mucho a Cuba para formar parte de su idiosincrasia.

En algunas librerías puede hallarse el cuaderno, presentado en el citado escenario, Con diez que se quieran bien, acercamientos a la actual décima escrita cubana (Editorial José Martí), una exquisita compilación de textos publicados por Péglez en las páginas del semanario Trabajadores –donde se desempeña como Jefe de Redacción– y ahora reunidos en un libro, que, a pesar del minúsculo tamaño de su letra, se lee de un tirón, no solo por las atinadas reflexiones de su autor, sino también por esa complicidad casi sanguínea que establece el cubano con la acompasada estrofa.

Desde sus primeras páginas, y sin que falten referencias históricas a la décima, el autor deja claro que en la Isla donde se «aplatanara», la espinela vive una efervescencia que se hace notar desde los últimos años de la década de los 80 hasta los días actuales. Sin embargo, con ella pasa «algo que no anda bien o no todo lo bien que debiera. Y ese algo transita por los mecanismos favorecedores, léase la difusión, la valoración y los eventos competitivos, que operan como termómetros y como factor incentivante».

Resultan materia vital en este libro –que reclama con total justeza se conozcan los interesantes itinerarios de la décima escrita en Cuba, ubicada en una postura menos favorecida aún que la décima improvisada– asuntos que van, desde el llamado «fantasma del menosprecio», con el cual algunos tratan desde hace mucho a la décima escrita, hasta las inclinaciones temáticas contemporáneas, pasando por la admirable defensa de que por suerte goza ella a partir de la renovación, revitalización y diversificación de sus creadores.

Al decir del poeta y ensayista Roberto Manzano, respecto al autor de estos textos, «nadie tan autorizado en Cuba (…) para hablar de las circunstancias, los valores, las figuras, las maneras, los obstáculos, las ganancias, los itinerarios y los horizontes de la extraordinaria poesía que se ha escrito en décimas siempre y ahora mismo entre nosotros».

Siendo así, en días en que desde el aislamiento lo mismo iniciados que expertos expresan tantos sentimientos en décimas, justa es la mirada cálida a Con diez que se quieran bien…. Y que nadie se asombre cuando en la emoción se le fragüe la estrofa amada: ninguna como ella ha calado tan hondo en el cubano cuando la necesidad de decir solicita el verso. Signo de nuestra identidad, hasta al más descreído, cualquier día se le escapa una décima.

Original en el periódico Granma:


INFORMACIONES ANTERIORES:


Pedro Péglez González alcanzó en dos oportunidades (2000 y 2004) el Premio Cucalambé. Del segundo de ellos, por el libro Cántaro inverso, es este poema en una estrofa:

LLAMO A  PERRAULT

                                   No contesta
¿Por qué nudo del recato
se me ha quedado el zapato
en vilo?
              Para otra fiesta
se me ha hecho tarde
                                  (La orquesta
murió de vals)
                        Me retoza
en el sueño una carroza
de calabaza y se esconde

Llamo a Perrault
                             No responde
(Cenicienta es sospechosa)







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