jueves, 22 de diciembre de 2016

Orlando, Premio Ala Décima en II Carlos Jesús


Con Décimas para el destello
 
Enviado por Osvaldo Padrón,
representante del Grupo Ala Décima
en la provincia de Artemisa


Desde la primera edición (2015) del concurso literario Carlos Jesús Cabrera, organizado por la Casa de la Cultura Mirta Aguirre, de Bauta, provincia de Artemisa, el Grupo Ala Décima otorga un galardón al autor de las mejores décimas presentadas al certamen. En su segunda edición (2016), ese reconocimiento correspondió a Orlando Pérez Torranzo (nacido en 1970), Ingeniero en Telecomunicaciones, MSc. en Educación Superior, profesor de Matemáticas Superiores y Matemáticas Aplicadas en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, que ha recibido lauros literarios en eventos municipales y provinciales, además de otros premios en concursos internacionales en formato digital.

El jurado, integrado por Mireysi García Rojas, Miguel Terry Valdespino y Osvaldo de la Caridad Padrón Guás, escogió entre ocho poemas escritos en espinelas enviados desde distintos municipios de Artemisa, su composición Décimas para el destello.

Ser reconocido por Ala Décima es de suma importancia para quien, desde pequeño, memorizaba las espinelas campesinas que le enseñaban sus abuelos junto a largos textos como “Mi bandera”, de Bonifacio Byrne, “Hatuey y Guarina”, de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo, “La fuga de la tórtola”, de José Jacinto Milanés… hasta la “Carta del Che a Fidel”. De vez en cuando se le ocurría una décima, pero nunca las escribía. Sus primeros intentos literarios fueron motivados por concursos convocados por las escuelas donde estudiaba. Con la concepción de su hija, comenzó a escribir cuentos infantiles, y completó una colección inédita ―titulada “Matematicando”― que sirvieron de pretexto para vincularse al taller literario de Bauta y le valieron sus primeros premios municipales y provinciales.

“Un día por casualidad el escritor Juan José Jordán comenzó a hablar conmigo sobre la literatura que él impartía en la universidad para la carrera de Comunicación Social y a partir de allí me comenzaron a fluir ideas, no sé por qué y me orientó en algunos aspectos (...) Conocí a Carlos Jesús Cabrera en la Casa de la Cultura de Bauta. Él tenía encuentros literarios los sábados alternos y comencé a participar en estas actividades. De verdad, tuve la suerte de captar algo. Impartía clases sobre narrativa: novela, cuento, poesía… De todo un poco. Recuerdo que durante la lectura en aquellos encuentros se hacían críticas a lo que la gente llevaba y todo era de manera educativa, instructiva. Muy importante para que los alumnos ganaran en confianza y en conocimiento. La verdad es que Carlos demostraba seguridad en las cosas que decía. Esto era fundamental para ganarse la confianza de los participantes. Algo que recuerdo fue el momento en que llegué a convencerme de la necesidad que tenía de escribir”.

Comenzó con poemas de amor ―Carlos le decía que casi todo el mundo empezaba por ahí―. Leyó obras recomendadas en tales encuentros y descubrió positivas transformaciones en su manera de escribir. Con el poema “Los tres cerditos”, en mayo o junio de 2013, el profesor llegó a asegurarle que ya era poeta.

Aunque reconoce, como es natural, haber recibido la influencia de Carlos Jesús en cuanto a estilo, temas e ideas, Orlando lucha por desbrozar su propio camino.










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