Iscajim opina:
“Las mariposas
nocturnas también
tienen alas”
Participante asiduo en los intercambios poéticos publicados en nuestro sitio, el periodista, humorista y poeta Israel Castellanos (Iscajim) nos hizo llegar recientemente esta valoración, acompañada de varias estrofas y relacionada con el contrapunto —tan antiguo como los orígenes mismos del Arte y la Literatura— entre lo llamado “culto” y lo llamado “popular”.
Por mi formación profesional y encontrarme situado dentro de la categoría de los "intelectuales", me pronuncio sinceramente por la necesidad de una superación constante personal y colectiva de los decimistas, y la búsqueda de la perfección en todo lo que hacemos, así como una constante labor por elevar en lo posible el nivel de instrucción y cultura general de los demás.
Eso esté claro. Pero al mismo tiempo siempre he guardado cierta dosis de benevolencia y, sobre todo, respeto hacia el esfuerzo de aquellos que comienzan, o que están ubicados en otros contextos socioculturales. Nunca me ha gustado estigmatizar, ni mofarme, ni mucho menos emitir diatribas y sarcasmos contra personas que siembran sus arbolillos en este complicado bosque de estructuras y rimas tan académicas y pulidas. No me gusta discriminar ni en poesía. Soy enemigo de todos los extremos, entre ellos la enfermedad del elitismo. Creo que en poesía son válidas las categorías como en el boxeo, y que puedan subir al mismo cuadrilátero los "pesos completos" y también los "minimoscas". Los veo como se ven en la plástica a los pintores naïf, para los cuales también hay espacio en las salas de exposiciones. O como en el teatro, donde pueden compartir el mismo escenario un refinadísimo espectáculo de ballet, nacido en los salones de la más rancia aristocracia europea, con una danza folklórica traída de alguna tribu de bantúes analfabetos o una rumba de cajón nacida en las callejuelas de un barrio marginal.
Para mí, las obras imperfectas desde el punto de vista técnico, pueden tener sus valores en lo emocional, en la frescura, la gracia que expresan o en la inspiración silvestre que las generó. Amo al colorido guacamayo pero no desprecio a la lechuza; cada uno tiene sus encantos, y merecen una rama en la arboleda. Sin considerarme un gourmet, me encanta la buena mesa y la excelente bebida, pero no desprecio un tamalito casero o un pru oriental (aunque soy habanero). Me encanta beber el café capuchino en tacita de porcelana, pero he tomado con gusto un café carretero o colado en una teta de tela y servido en una jícara.
Si no pensara así, no podríamos haber mantenido, desde hace 50 años, la página de décimas campesinas que actualmente atiendo en el periódico cubano Palante, que se lee en todo el país con una tirada de cien mil ejemplares. Eso lo aprendí con mi gran amigo y colega Naborí, del cual fui "jefe" periodístico y al mismo tiempo alumno poético. Y para demostrar de modo palpable que mi pluma responde preferentemente al influjo de los sentimientos y del disfrute que me proporciona la inspiración espontánea, les voy a entregar un par de poemas, que de antemano sé que "padecen" de aliteración, jitanjáfora y otras figuras de dicción, y me he tomado licencias no siempre bien vistas por los fundamentalistas de la lengua.
¿Incoherencia en el mensaje?, ¿carencia de lirismo?, ¿falta de pulcritud en el manejo del vocabulario? Es posible. Pero, los escribí con tanto gusto como si fuera el agua que brota de un manantial serrano, burbujeando con generosidad para todas las plantas sedientas. Las disfruté sacándolas del manto freático del alma, y a muchas personas a quienes las he leído, les han gustado, y eso recompensa las heridas que pueda recibir de otros críticos más cultos, ortodoxos y exigentes. Así que ahí se las envío como constancia gráfica de que las mariposas nocturnas de la poesía, feas y monocromas, también tienen alas.
JITANJÁFORA JOCOSA
Trapatiesta en el fandango
como se come un chayote,
cha cha cha en el chapapote
y Mongo se manga un mango.
Mefistófeles va al fango
vestido de boda en bembé
Yemayá le dio a Yeyé,
Burundanga bailó en tanga
cuando pelaron malanga
la cucaracha escaché.
—2—
Llevo aguacate en la guagua
donde trabaja Trebejos
y voy vendiendo conejos
de Madruga hasta Managua.
La lluvia llenó una yagua
que la yegua se llevó
en un "tin marín de do..."
Lava con jabón la jaba
y del jamelgo la baba,
querequeté rococó.
—3—
Fríen de frutas frituras
para osos melindrosos
rubicundos, ruborosos
de furibundas figuras.
Boniatillos, raspaduras,
quiero queques y maracas
y macacos sin casacas;
en dos dedos dame un dado
y colorín colorado:
son más felices las flacas.
ALITERACIÓN NADA LÍRICA
Rasca la rosca Rosquillo
del quinqué de la quincalla
y si Cundo va a la playa
mueve Pepa su fondillo.
¿Acaso le pica el tobillo
porque nunca sale sola?
Hacen ondas como de ola
las buenas carnes que valen
¿Y por qué no se le salen
las perinolas a Lola?
—2—
¡Qué alboroto esa mulata!,
¿le pesa la espesa pasa?
¿o le sobra santa masa
que las costuras desata?
Es salsosa, es gata sata,
trepidando su trasero
que estremece al mundo entero
y a muchísimos mirones.
Se alebrestan los varones
como mosca en hormiguero.
La rubia Rita arrebata
con sus curvas cadenciosas,
su par de piernas preciosas
que se asoman de su bata.
Se me tensa la corbata
y se me paran los pelos
con sirenas que son cielos...
Y como causa cabal:
calentamiento global
y se derriten los hielos.
Imagen: Hombre riendo, de Rembrandt
El autor es integrante del colectivo de la revista humorística Palante, tiene un blog personal titulado De Cuba con humor y amor, y de él hemos publicado, además de sus décimas en los intercambios poéticos, su poema humorístico Poniendo a prueba al poeta, así como Iscajim contra el bloqueo, décimas suyas dedicadas a cada uno de los presidentes estadounidenses que han ejecutado el criminal bloqueo contra Cuba.
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