sábado, 12 de febrero de 2011


Del surrealismo
a la décima exquisita


Prólogo al libro de ese título
(Editorial Sanlope, 2010), por
su antologador, el poeta y
profesor de literatura oral
Argel Fernández Granado
Fotos: Samuel Perdomo








En algún
momento de la tercera década del siglo veinte, los seguidores del surrealismo (1), imbuidos en su afán de explorar las misteriosas posibilidades del subconsciente más allá de la razón, crearon ese extraordinario divertimento conocido como cadáver exquisito, consistente en escribir un poema entre todos los participantes en sus tertulias, con la peculiaridad de que ninguno de ellos podía ver lo escrito por el poeta que le antecedió. De esta manera se conformaban al azar, verso a verso, composiciones poéticas que, a pesar de la diferencia de voces y el aparente caos surrealista, llevaban en sí la fuerza expresiva de sus autores.

Ellos jugaron con su exquisito cadáver, al menos durante dos décadas, pero su juego continuó atrapando a otros hasta la actualidad. Sin dudas, este ejercicio intelectual resulta atractivo y, por lo visto, el “cadáver” jamás será sepultado en el olvido. En septiembre del año 2000, en Pilón, poblado de la provincia de Granma, di mi verso, junto a otros participantes en el encuentro de poetas Al sur está la poesía (2), a un poema colectivo que seguía las reglas del juego surrealista y para mi sorpresa, resultó un extenso, robusto, brillante y metafórico canto a la poiesis.

A finales de ese mes, todavía impresionado con el fruto de aquel juego, les propuse a mis colegas de la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, que entonces radicaba en la Dirección Provincial de Cultura de Las Tunas, llevar a nuestro Café con Verso (3) algo parecido. Así lo hicimos, pasamos por el público una hoja doblada como acordeón en diez partes para que el mismo número de presentes escribiera un verso cada uno en honor de Jesús Orta Ruiz. Lo hicieron gustosamente y el resultado fue una estrofa libre de métrica y rima muy lejana de la espinela tradicional.

Ya en octubre del mismo año, se les pidió a los poetas escribir, con el adiós como tema, una décima colectiva, al fin y al cabo, la espinela debe protagonizar nuestras actividades. A partir de ese momento, convertido en sección insoslayable de nuestras noches de café y verso, el antiguo “cadáver” del surrealismo fue rebautizado como décima exquisita y asimilado en su nueva forma por los asiduos a nuestro patio. Sin embargo, de su “padre” no sólo conserva el ser escrito por muchos; aunque las exigencias formales de una estrofa rígida como la espinela le han impuesto otros retos; es innegable que heredó la exquisitez en el lenguaje, la claridad de las imágenes poéticas, y esa mezcla de inspiración y oficio que es la verdadera poesía.

Quienes conocen la escritura de la décima, desde la más tradicional hasta la más vanguardista (y sobre todo ésta, con sus deconstrucciones cuasi del versolibrismo, sus encabalgamientos y su, a veces molesta, irreverencia frente a la tradición), saben que es una estrofa muy compleja, que a semejanza con el cuento breve, debe cumplir ciertas reglas, como síntesis, cohesión y coherencia, que la hacen funcional y efectiva en su objetivo de dar a la luz sentimientos, ideas y hechos; saben que no en vano el poeta Adolfo Martí Fuentes la llamó cárcel de aire puro ; saben que se necesita concentración y conocimiento y por supuesto, saben lo difícil que resulta encauzar las ideas de diez cerebros distintos, encontrar la palabras precisas, hilvanar diez versos octosilábicos que vayan, como una flecha única, a dar en el centro de la diana.

Durante todos estos años he propiciado, conducido y cultivado la décima exquisita en el Café con Verso y desde esa posición privilegiada que me da la experiencia, aseguro que resulta por lo menos sorprendente que hayan sido escritas décimas de magnífica factura, sólidas composiciones, perfectas en lo formal y en lo semántico, algunas hasta “redondas”, como habría dicho Gilberto E. Rodríguez, de haberlas conocido, que pueden ser leídas también del décimo verso al primero sin perder su significado, ni el sentido lógico de su mensaje, “reversibles”, diría yo. Y digo esto teniendo en cuenta que los versos que componen estas décimas no han sido escritos exclusivamente por poetas reconocidos; los lectores hallarán en esta compilación a escritores como Pablo Armando Fernández, Carlos Esquivel Guerra, Pedro Péglez, César López, Waldo González, Antonio Borrego, Antonio Gutiérrez, Alberto Garrido, David Mitrani, Juan Carlos García Guridi, Carlos Téllez, Ana Rosa Díaz, Odalys Leyva, Lesbia de la Fe, Frank Castell, Jorge Luis Peña, Ronel González, Alejandro Aguilar, Reinaldo García Blanco, Lucy Maestre, Ramiro Duarte, María Liliana Celorrio, Diusmel Machado, Frank Upierre, Sergio Morales, Rafael Vilches, Adalberto Hechavarría, Daniel Laguna, Modesto Caballero, Ana Pérez Batista, Reyna Esperanza Cruz, Jesús David Curbelo, José Manuel Espino, Juan Manuel Herrera, Carlos Zamora, Irelia Pérez, Alexander Besú y muchos más, a destacados repentistas como Gabriel Llanes Estrada, Nelson Lima Chaviano, Emiliano Sardiñas Copello, Luis Martín, Raúl Herrera, Argelio Torres García y José Manuel Silverio, junto a otros nombres menos conocidos; y lo que es más notable aún, junto a personas de las profesiones más disímiles: dirigentes, oficinistas, periodistas, obreros, campesinos, artistas de otras manifestaciones y hasta visitantes extranjeros como el mexicano Nicolás García Flores y el chileno Nelson Álvarez, El Canela. Por supuesto que el Café con Verso ha tenido colaboradores incondicionales que han dado su aporte invaluable a la décima exquisita y no pueden dejar de mencionarse cuando se hable de este acontecimiento, ellos son las poetisas Ondina Gamboa y Yuslenis Molina y el poeta Edilberto Rivera.

He seleccionado estas décimas con criterios de calidad escritural y diversidad temática, con la intención de ofrecerte, lector, un producto ameno, que muestre las posibilidades expresivas de nuestra estrofa de diez versos y a la vez te sorprenda con su originalidad.

En Las Tunas, tierra de El Cucalambé, la décima espinela es cotidiana, tan común que a veces la dejamos pasar a nuestro lado sin darle importancia. Esta noble estrofa ha sobrevivido los embates del tiempo adaptándose a las nuevas corrientes y ha soportado los ataques de sus detractores que la consideran un género menor de las letras hispanas, sin embargo, como auténtica voz de pueblo, ella siempre tiene algo nuevo para dar. Nuestra exquisita décima no es un cadáver, de su excelente salud hablan estos versos; y si aún no has escrito tu primer octosílabo, escucha a Renael González Batista cuando dice:


De tu décima disponte
a hacer un arma sonora
y a la opinión agresora
con sus diez balas oponte.
Aunque haya quien no remonte
la altura de sus laúdes
y en arcaicos ataúdes

la quisieran enterrar,
con ella, voz popular,
prefiero las multitudes. (4)


Las Tunas, 8 de junio de 2009
A.F.G.



1.- Surrealismo: Movimiento artístico y literario surgido durante la segunda década del siglo XX, que defendía la renovación de los valores morales, científicos y culturales mediante la exaltación de la vida profunda del subconsciente, más allá de la razón.

2.- Al sur está la poesía: Encuentro anual de poetas organizado por el grupo literario SUR, en el municipio de Pilón, Granma.

3.- Café con Verso: Actividad artística y literaria organizada por la Casa Iberoamericana de la Décima Juan Cristóbal Nápoles Fajardo “El Cucalambé”, que se realiza cada cuarto miércoles.

4.- Renael González Batista: “Prefiero las multitudes” (Fragmento), en Piel de polvo. Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 1988, p. 22.


Argel Fernández Granado es miembro del Grupo Ala Décima y coordinador de su filial en Las Tunas.



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