viernes, 24 de octubre de 2008



Irelia Pérez
Morales:
¿"rama"
o "puente"?

Palabras de presentación de la invitada
a la tertulia La décima es un árbol,
de Santa Clara, en el mes de octubre.




Por Mariana Pérez Pérez

Nuestra invitada de hoy, Irelia Pérez Morales, es una poeta de tres provincias. Nació (1956) en Camajuaní, Villa Clara, residió en Matanzas y radica desde hace varios años en la ciudad de Cienfuegos. Es Licenciada en Historia y Ciencias Sociales, poetisa y narradora. Integra el Club de Poetisas Cienfuegueras, y es miembro de la REMES (Red de Escritores del Mundo en Español), con sede en Madrid. Tiene publicados los poemarios Donde siempre hay ventanas (para niños, Ediciones Mecenas, 2006), y Los dados sobre el polvo, (décimas, Editorial Sanlope, 2007). Poemas suyos aparecen en varias antologías y publicaciones periódicas. Ha recibido en los últimos años numerosos premios, como el del II certamen internacional de poesía “Ábaco” (Alcalá de Henares-Madrid, 2006); el del I certamen internacional de poesía “Palabras Diversas” (Madrid, 2006); en ese año mereció el Premio Décima y Tradición —que convoca la Casa Iberoamericana de la Décima El Cucalambé, de Las Tunas—, lauro que repitió por segunda vez en el 2007; el segundo premio en el XVIII certamen internacional de poesía “Mujeres Progresistas por la Igualdad” (Alcorcón-Madrid, 2007); y el primer premio en el concurso nacional de décima Francisco Pereira, de Nueva Paz, La Habana, también en el 2007. El 2008, para decirlo con palabras de nuestro amigo, y más fiel promotor, Pedro Péglez: “ha sido para ella aún más satisfactorio: a comienzos del año, en el VIII concurso nacional Ala Décima, alcanzó el primer premio con su cuaderno Después de las sirenas. Poco después, ganó el premio de la modalidad para niños en el concurso Todo décima, de Las Tunas. En junio, en el IV concurso nacional para poetisas Décima al filo, se llevó dos de los ocho premios alternativos al Gran Premio, para colocarse en una suerte de segundo lugar de todo el certamen. Y el colofón (hasta ahora) en julio, durante la XLI Jornada Cucalambeana: para sorpresa y admiración de todos, con su libro Partitura inconclusa, segundo lugar en el Premio Iberoamericano Cucalambé, el más importante galardón de la poesía hispanohablante en décimas” (Péglez González Pedro. Irelia: puente fiel hacia sí misma. Cuba Ala Décima. 23 ago. , 2008).

Acerca de la obra de nuestra invitada, deseo hacer un brevísimo comentario. Hasta donde mi lectura de escasos textos suyos puede alcanzar, se trata de una poesía del intimismo; el sujeto lírico expresa amor, dolor y sentimientos de naufragio, aunque, a veces, puede mostrar un tenue destello de esperanza: Nacen lámparas / –a veces– / sobre la espalda de Dios. Manifiesta el erotismo sin excesos ni insolencias, aún cuando no teme usar términos como: carne, esperma... El tema principal es el mar, definido a través de elementos que le son inherentes y símbolos universales: arrecifes, esquife, caracoles, ventisqueros, roca, bogar, playas, marea, viento, muelle, anclar... Sólo que todo ello es expresado a través de la originalidad metafórica; Ej.: “relinchos de la marea”, “qué visillos cubren el mar”, “Alguien le colgó visillos al cristal de las ausencias”, y otras. A la vez, gira en torno a motivos de la tradición literaria, como Ítaca, Penélope, las sirenas, y autores de talla universal –Pablo Neruda y Jorge Luis Borges– junto a cubanos coetáneos –Péglez, Carlos Varela–. Emplea la ruptura del esquema gráfico-sintáctico-sonoro de la décima, tal vez para estar a tono con esta tendencia actual, sin exigir demasiada tensión en su lectura. Es, en resumen, una poesía suavemente femenina –no simplista– de la contemporaneidad.

No diré más, la autora leerá sus textos y cada quién se apropiará de las imágenes que prefiera. Solo falta decir que hoy nos sentimos felices y honrados de contar en la tertulia «La décima es un árbol» con esta amiga, cuyo nombre ya resalta dentro del ámbito iberoamericano. Irelia Pérez Morales es una «rama con frutos maduros» y, al mismo tiempo, un «puente» que enlaza a las distintas regiones donde la décima es cuidada con esmero.


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