martes, 5 de febrero de 2008






Ala Décima:
poesía y mar
en Cuba

Por Zenia Regalado

El fenómeno cultural de revitalización de la décima —la estrofa nacional— en Cuba, lo hemos vivido en los últimos meses como neófitos observadores de estos temblores y exorcismos que levantan y colocan a la luz la autoestima de un género no siempre bien ponderado en la gran escena de la creación literaria y que algunos reciben con un guiño.

El proyecto cultural Ala Décima entregó este lunes los premios de su VIII concurso nacional de décima escrita. El grupo, fundado el siete de febrero de 2000, ha logrado confluir estilos y tendencias del oriente, el centro y el occidente del país.

En su soporte digital http://peglez.blogspot.com y también en la revista digital http://www.esquife.cult.cu/home.htm el género encuentra un merecido lugar.

Afirman los entendidos una y otra vez —Ricardo Riverón Rojas entre ellos— que la historia de Cuba está escrita en décimas; pero que el cauce de encuentros con rostro isleño va mucho más allá, por ser reflejo auténtico de los isleños, y de variopintas maneras: desde lo más apegado a la madre de todas las riquezas: la tierra; el humor y el choteo, hasta las más novedosas y elevadas formas de la experimentación en el discurso y el lenguaje.

Aunque el soneto y el romance son bien aceptados; es la estrofa poética popularizada por Vicente Espinel en 1591 en su volumen Diversas rimas, la expresión literaria que más ha empleado el cubano para reflejar sus emociones. Figuras paradigmáticas como José Martí y Gertrudis Gómez de Avellaneda la emplearon, y otros muchos escritores de versos libres también crean en décimas y van más allá del sonsonete clásico taladrando en las profundidades del espíritu.

En este contexto decenas de poetas de todo el país se nutren al fuego del grupo Ala Décima, a golpes de correos electrónicos y de peñas literarias que como esporas al viento colonizan —en el buen sentido del término— pequeños espacios en todo el país, ya reducidos para tal torrente, aunque muchos aún no lo hayan notado. Como cazador de talentos poéticos casi funciona el grupo Ala Décima, con el oído atento a cada creación joven, por modesta que sea, a la cual brinda su espacio, ya consolidado en el tiempo gracias a la calidad de sus autores.

Y es éste, a nuestros ojos periodísticos, un rasgo distintivo del proyecto, que no es un sitio elitista exclusivo de los más descollantes, sino que los novicios —muchas veces sorprendentes— al modo de decir del propio Pedro Péglez, coordinador del grupo, encuentran sitio oportuno para el debate y la confrontación, matizada por una espiritualidad quijotesca que hace crecer voluntades y allanar entuertos.

En el artículo Cubaliteraria | Diatriba contra la décima | José Luis Serrano aborda la profundidad y matices que ha alcanzado la décima en Cuba al nombrar títulos como : Perros ladrándole a Dios, Toque de queda, Otra vez la nave de los locos, El racimo y la estrella, (In)vocación por el paria (ver artículo en Cuba profunda) y Atormentado de sentido.

Serrano defiende igualmente en ese trabajo la trascendencia de los concursos para encontrar nuevas voces de altura en el género.

El criterio autorizado de Roberto Manzano deja huella insoslayable al analizar el poemario Cántaro inverso, de Pedro Péglez, coordinador de Ala Décima:

“La hechura de sus décimas es incambiable. Son las credenciales de la hechura de su mundo interior. Con sintética habilidad son manejadas las operaciones artísticas que conducen a un resultado de apreciación anímica, o a un estado sutil de pensamiento, o a una representación de carácter onírico que no pierde jamás sus poderosos visos de realidad. Son las manipulaciones íntimas de la imagen, en que se debe tener una singular capacidad de retención y despliegue, pues las figuras movilizadas son ideales, y es como levantar esculturas de niebla y empotrarlas silenciosamente en palabras”:

...perdona te hable tanto de los viernes
Perdona que estés muerto teniendo tantos panes en mi huerto sembrados
por qué golpes por qué santo y seña del pesebre
Es el espanto de no acostarse todavía
Son las puertas no tocadas aún
Perdón perdón
que la calígine me es tanta
que no consigo hornearte en la garganta
pedacitos frescos del corazón
Ave César
perdona este saludo imperioso de Roma
sin cuadrante cantábile
Perdona al bogavante que rema con sus brumas
con su nudo entre el labio y el pez
Perdona al mudo locuacísimo
orando en el estero.
Yo no quiero ser playa
Yo no quiero Pero debo saber
si soy escualo
o me falta un rabillo de somalo
para no ser París con aguacero.

ROBERTO MANZANO: UN POETA RARO

Referirse despectivamente a la décima en Cuba es desconocer estilos como el de Roberto Manzano (El racimo y la estrella). Otros poemas suyos en: http://www.lajiribilla.co.cu/2006/n251_02/poesia.html

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