martes, 28 de febrero de 2017

El curda y el amarillo


Otro poema humorístico
de Jorge Adrián Betancourt
 
Foto: Zeide Balada Camps

Después que publicamos su poema humorístico Cita seráfica, en la última peregrinación antes del rapto, han sido muchas las peticiones de nuevos textos de este corte del poeta y trovador Jorge Adrián Betancourt Quintana (Santiago de Cuba, 1964; radicado en el municipio de Guisa, provincia de Granma), merecedor en el 2016 del Premio iberoamericano de décima humorística, y en el 2012 del Premio Iberoamericano Cucalambé por el poemario Nosotros los cobardes, escrito en coautoría con Alexander Aguilar. Gracias a la fraternal colaboración de Jorge —miembro de la Filial del Grupo Ala Décima en la provincia de Granma—, traemos ahora a nuestro espacio otra hilarante obra.


EL CURDA Y EL AMARILLO

Desde que yo era un chiquillo,
aunque me fascina el rojo,
por dondequiera que cojo
me persigue el amarillo.
Me casé siendo un pepillo
con una guaricandilla,
nos fuimos para una villa
por allá por San Miguel
y en plena luna de miel
me dio la fiebre amarilla.

Yo quise ser pelotero
como Orestes Kindelán,
incluso tuve el afán
de viajar al extranjero.
Jugué el sior, fui jardinero,
lancé bolas de nudillo,
y aunque tuve cierto brillo
porque entrené con fervor
cada vez que hacía un error
me gritaban, amarillo.

No es justo; yo fui a luchar
a la Ciudad de La Habana
y hasta vendí marihuana
en aras de progresar,
y mi mujer, un manjar
de la cabeza al tobillo,
decidió cambiar de trillo
y se fue con un trigueño
que para colmo era el dueño
de un almendrón amarillo.

Un paquete me mandó
mi primo del extranjero,
con un poco de dinero
y otras cositas que halló
pero mi sueño quebró
igual que quiebra un platillo,
por causa de un vientecillo
con la furia de un cohete
el barco con mi paquete
se hundió en el Mar Amarillo.

No siempre tuve esta traza
de borrachín sin medida,
yo me ganaba la vida
vendiendo de plaza en plaza,
y cuando llegaba a casa
con un peso en el bolsillo,
en lugar de un pastelillo
o un manjar de algo más grato,
tenía que empujarme un plato
y de chícharo, amarillo.

Para paliar tanto mal
tengo el trabajo ridículo
de parar cada vehículo
que lleve chapa estatal,
pero allí me va fatal
por un algo muy sencillo,
cuando viene un jefecillo
por más que yo dé la cara,
si se hace el loco y no para
la gente grita, amarillo.

Pero de hoy en adelante
puse fin a ese color,
lo borré del comedor
de la sala, del estante,
y para ser más tajante
juro por San Lazarillo
que tendré listo el gatillo
y el verbo que más taladre,
para mentarle la madre
al que me diga amarillo.

Imagen: Hombre riendo, de Rembrandt.









viernes, 24 de febrero de 2017

Tributo a Mérida Canto Alba


El Museo y los Cuentos
de la madrugada

Por Mariana Pérez Pérez, fundadora y conductora de la tertulia La décima es un árbol y representante del Grupo Ala Décima en la provincia de Villa Clara


Mérida Canto Alba en septiembre del 2016, en el noveno aniversario de la tertulia La décima es un árbol. Foto enviada por Mariana.



Dicen que a las doce de la noche los objetos del Museo de Artes Decorativas de Santa Clara salían a deambular por las salas y por el patio. Tras ellos, una sombra pequeña de mujer se movía, buscando palabras y rimas para contar la historia encubierta de las porcelanas, la cristalería, los cuadros, los bronces… Después la sombra revolvía todas las piezas en una olla de aire. Y antes de que llegara el día se iba. Sobre la mesa quedaba un papel garabateado que, a la cabeza del título, tenía escrita la frase: «Cuentos de la madrugada».

Como si el árbol de la décima en Santa Clara, después de nueve fructificaciones, comenzara a desgajarse, ahora pierde otra de sus mejores ramas. Una caída accidental, y otra definitiva, nos deja sin Mérida Canto Alba, esa amiga que disfrazada de ánima recorría el Museo por las madrugadas. Iba entremezclando las piezas e inventando «cuentos» para el Catálogo rimado. Tenía imaginación, cultura y sabiduría.

Mérida pocas veces podía asistir a la tertulia (trabajaba hasta muy tarde), por eso yo le hablaba de «La Pieza del Mes», ella iba después al museo, o pasaba por mi casa para ver las fotos; eso era suficiente para componer sus décimas, que casi siempre iban precedidas por el título genérico «Cuentos [rimas, o susurros] de la madrugada» y por un pensamiento suyo a manera de exergo.  El trabajo de «taller» lo hacíamos por teléfono, no sin acompañarlo de largas conversaciones. Ella me dictaba la décima, yo la copiaba y a la vez le decía los defectos para que la arreglara; que conste, no eran defectos de contenido, sino de forma; casi siempre las décimas estaban asonantadas (nunca pudo entenderlo completamente), pero una vez hechos los cambios mantenían una simbiosis de fantasía, gracia y conocimiento, muy atractiva.

Fue una caída, o dos, lo que se llevó a Mérida Canto Alba, ni siquiera sé la fecha, un familiar me dijo que fue alrededor del 18 de enero, habrá que conocer el día exacto. Pero lo que más importa ahora es recordarla. Ella estará en sus textos, inteligentes aunque no perfectos. He decidido reunirlos en este cuaderno para que perduren. Muchas personas lo agradecerán. Y la sombra volverá a correr de madrugada tras los objetos del Museo para seguir revolviéndolos en un cuento rimado que no tendrá final.

Santa Clara, 3 de febrero de 2017



(Todas las décimas pertenecen al Catálogo rimado)


SOS

El arte es erario
de la vida, si la respeta

Silencio siembra en el mar
la mano que lo depreda.
Sobre pedazos de veda,
ambivalente es crear,
si en la obra de tallar
un encaje, se conjuga
la belleza con la fuga
frustrada, porque contiene
la peineta que detiene
el placer de la tortuga.

Año 2, Nº 22, 19 de junio, 2009. «Peinetas de carey». Finalista del año.



CON LA VIRGEN, ENCUENTRO Y VIAJE

Del naciente al poniente se vio venir
en los sombreros mambises
y con Antonio de la Caridad Maceo y Grajales.

Para la tarde rimada
cálida paz de un local
y el hallazgo colosal
de tormenta dominada.
La Virgen iluminada
el tiempo retrocedió
en siglos y me llevó
a la Parroquia Mayor
de las manos del pintor,
la Plaza, la Santa y yo.

Regreso raudo y al vuelo
en el cáliz de sus bríos
lleno de palmas, de ríos,
montes, sabanas y el cielo,
que mensajero del suelo
patrio de ella precisa.
La amazona de la brisa,
al sonar la clarinada,
en los sombreros montada.
Espléndida la mambisa.

Año 2 - Nº 23, 17 de julio, 2009.
«Virgen de la Caridad», del pintor Antonio de Jesús de León y Gomara, Santa Clara, 1818-1890)



NIÑO Y DÉCIMAS PARA SU JARRÓN

Todo hombre lleva un poco de animismo
en el recipiente de su imaginación.

¿Quién modeló la ternura
con sorpresa de colores?
Niño con jarrón y flores.
Traviesa la criatura:
las frutas en la cintura
cual desafío de ornato,
un infantil desacato
donde la pura inocencia
nos azuza la paciencia
riendo su anonimato.

Imagen abigarrada
por lúdica fantasía,
en la pueril osadía
de apariencia recargada;
una ilusión concretada
donde la magia conmina.
Cuando la noche domina
queda solo en el salón:
el niño llena el jarrón
con todo lo que imagina.

Año 3 - Nº 25, 18 de septiembre, 2009. «Macetero»



CRISTAL DE LUZ Y FRAGANCIA

El cristal y el amor hijos del fuego, aunque el tiempo los guarde,
son altamente sensibles a la ira, un leve toque los quiebra.

    El cristal es un aliento
    alegre, parto del fuego,
    polimorfismo que luego
    es transparencia del viento.
    Artístico movimiento,
    sudor de los sopladores.
    Hálitos modeladores
    en polvera presumida,
    hermosa la consentida
    entre dos perfumadores.

    Sobre la antigua coqueta
    candelabros parpadeantes
    iluminan los semblantes
    de acicalada etiqueta.
    Cristalería discreta,
    olor tenue de la estancia.
    La máscara de elegancia
    en una mota de pluma
    lleva a mi rostro la espuma
    rimada de la fragancia.

Año 3 - Nº 26, 16 de octubre, 2009. «Perfumadores y polvera, con platillos».
Finalista del año



DE LAUTREC A IVETTE, PERPETUANDO UNA VOZ

A Henri Marie Raymond de Toulouse Lautrec:
Lo hermoso va dentro, es espíritu y esencia, perdura.
El físico es perecedero.

La belleza que se esconde
detrás de un físico adverso
parece un juego perverso;
pero es en el arte donde
la esencia brota, responde
y en paradoja de dos
para Ivette, Lautrec nos
plasmó en la litografía
no lo que vio: ¡lo que oía!
La armonía de su voz.

Nº 27, 28 de noviembre, 2009.   «Colombine à Pierrot» [Ivette Guilbert],
grabado de Henry de Tolouse-Lautrec, 1864-1901.  Finalista del año



REGRESO AL CRISTAL: MOTIVACIÓN Y LOGRO

    El amor, como el cristal,
lleva su fuerza en la transparencia.

Para el duende del Museo,
un índice de diamante.
La pupila rutilante,
para atrapar un deseo:
desperezar a Morfeo
en la fuente pajarera.
Y la holgazana polvera
—por transparentes motivos—
talló escalones furtivos
desde el vaso a la dulcera.

Nº 28, 18 de diciembre, 2009. «Dulcera», Val Saint Lambert. Finalista del año



SANTA CLARA EN EL ESPEJO

Ella, cristal, azogue y madera,
atrapando a Santa Clara.

Vuelvo de noche al Museo
para hartarme de animismo
y el tiempo, con optimismo,
al pozo pide un deseo,
que se cumple cuando veo
cómo sonríe un espejo
distendiendo su entrecejo
al paso de Clara Carta,
y en la consola de Marta
Santa Clara es un reflejo.

Año 5 - Nº 51, 18 de noviembre de 2011. «Consola y espejo», pertenecieron a Marta Abreu.  Finalista del año.



IMAGINADO CUPIDO

El amor no muere, se esconde en el recuerdo
y acude al llamado de dos acopladas voces.

Con los lentes bifocales
de esta vida imaginada
que de noche se traslada
al Museo y sus locales;
y en imágenes reales
en dos poses repetido,
percibí un solo Cupido
que a sus espaldas esconde
un amor que, no sé dónde,
hace tiempo había perdido.

Año 5 - Nº 54, 17 de febrero de 2012. «Cupido». Finalista del año.




DOS DÉCIMAS A COLOR PARA ROMAÑACH

Con tonos patrios pintaré
mis rimas para el maestro.

Profesor de Colorido
cuando de París regresa,
cambiando esquemas expresa
su estilo reconocido.
Aportándole sentido
a la expresión de sí mismo,
y con todo el virtuosismo
estético y conductual,
logró su cuadro final
que tituló «Impresionismo»

Un pincel de Villa Clara
y el sol de Sierra Morena
acomodaron la escena
donde Romañach pintara
a su manera y dejara,
como cláusula en contrato,
en conocido formato
la obra y, por su caudal,
en un marco maternal
se acuna su «Autorretrato».

Año 6 - Nº 63, 16 de noviembre de 2012.
«Autorretrato», de Leopoldo Romañach. Finalista del año.



RIMAS DE LA MADRUGADA.
EN ESTE CENTRO DE MESA

La transparencia es fuerza
de la verdad; sin ella la creación fenece.
La vida necesita hombres diáfanos.

En silencioso lenguaje
la obra narra su historia
y la voz de la memoria
transmite cada pasaje.
La procedencia y el viaje
en este centro de mesa,
cristal tallado que expresa
la fluída nitidez,
la fuerza, la sencillez
del donante en esta pieza.

Año 6 - Nº 72, 16 de agosto de 2013.  «Centro de mesa», manufactura Tipperary, colección «Tesoros del Pueblo»



CUENTOS DE LA MADRUGADA
PARA USSEL: UNA FLAMENCA QUE ESPERA

Esa flamenca que aguarda
está en el pueblo cubano.

Maestro, ¿de qué manera
su pincel emocionado
dejó el instante atrapado
en óleo sobre madera?
A esa flamenca que espera
en un patio sevillano
con pandereta en la mano,
veintiséis años la guarda
Manuel Ussel de Guimbarda
en un museo cubano.

Año 7, Nº 75, 15 de noviembre, 2013. «Flamenca con pandereta»,
Manuel Ussel de Guimbarda y Maribrán.



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
SOBRE EL MÁGICO AMOR DE LA NOCHE Y EL VASO

Para el amor, si la vida es pródiga,
lo imposible es un reto.

Coqueteando con el vaso
para saciar sus antojos,
jugueteos y sonrojos
deja la noche a su paso.
Una décima, un abrazo.
Y, al filo de lo posible,
consuman la presumible
unión de tiempo y objeto
en un magnífico dueto
de romance compatible.

Año 7 - Nº 76, 20 de diciembre de 2013. «Vaso decorativo», Decorador: E. Cabbot



SUSURROS A LA MADRUGADA:
DÉCIMAS EN METAL PARA DULCE MARÍA

Somos el ánfora de acero, que siempre guardará
esas obras que no han de extraviarse.

Llegó el ánfora bronceada
y en ella Dulce María
dejó viajar su Poesía
sutil, grácil, delicada;
por Finas redes filtrada
la belleza de sus temas,
en que germinan las yemas
fértiles donde presencio
cómo «la voz del silencio»
trae sus náufragos poemas.

Vienen en bronce, fundidos,
sobre el cuello: una bellota,
dos niños, y uno la frota,
la destapa, y los fluidos
de Poemas escogidos
del Museo se adueñaron.
Juegos de agua lo llenaron
con Fe de vida, y el Centro
expuso, en rimado encuentro,
Cartas que no se extraviaron.

Año 7 - Nº 73, 20 de septiembre de 2013. «Ánfora»,
colección de Dulce María Loynaz. Finalista 2013 – 2014.



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
SOBRE NAPOLEON III Y TRES SILLAS RESTAURADAS

Quien pudiera como el arte
tocar el corazón y dar la  vida.

Tres sillas, y el busto al lado
en la ignota relación
de ellas con el Napoleón
en el biscuit atrapado;
viviente y humanizado
cuando, por la madrugada,
cada silla restaurada
(si la luna se aproxima)
se convierte en una rima
de madera perfumada.

Con el viento, el tiempo pasa
sobre Napoleón III,
libre su cuerpo, ligero,
por las salas se desplaza.
Y disfruta de la casa
—desde una silla sentado—
quien del arte enamorado,
a uso de sus facultades,
un sitio de antigüedades
deja en Layé inaugurado.

Año 7, Nº 80, 18 de abril, 2014. «Busto de Napoleón III». Tercer premio, 2014
____
NE: Se refiere a las «Sillitas de iglesia» (Catálogo rimado, Año 2, Nº 15)



CUENTOS DE LA MADRUGADA:
SUEÑOS AL CENTRO DE LA MESA

Lo único se crece en lo múltiple.

Violinista apasionado,
ser Paganini quisiera
y un instrumento que fuera
—por extensión y por grado—
Stradivarius, pulsado
por arco de un querubín,
para que la chica al fin
reciba en cada sentido
la ternura del sonido
en las cuerdas de un violín.

Alerta a la madrugada,
la muchacha cavilosa
está observando —dudosa—
a una lámpara adornada,
que aparece ubicada
en el centro de la pieza;
y en virtud de su belleza
—apagada o encendida—
se dice reconocida:
«centro del centro de mesa».

Año 7, Nº 82, 20 de junio, 2014. «Grupo de música», firma: A. Borsato.



CUENTOS DE LA MADRUGADA:
BRAZUCAS EN DÉCIMA PARA UN REY

Para Maradona: Pibe de Oro…
Por la zurda, chuta y gooool…

Hace la Musa su entrada
por la abierta galería
donde se exhibe de día
quien vive de madrugada.
Naturaleza animada
cuando se ha dormido el Sol;
brazucas de caracol
en las piernas de Morfeo
satisfacen su deseo,
por la zurda, haciendo goool.

Año 7, Nº 83, 18 de julio, 2014. «Bolas de Ipanema» (Esferas decorativas, Reyno’s Bazar)


 
CUENTOS DE LA MADRUGADA.
PARA EL 8 DE SEPTIEMBRE,
DÍA DE EXTREMADURA

Soy serranica
y vengo de Extremadura.
(Villanela anónima
del Cancionero español)

Soy la serranica —dijo—
y vengo de Extremadura.
Sus brazos a la cintura
sujeta cada botijo.
Gesto y lenguaje prolijo
adornan a la serrana,
y de su tierra lejana
una vez que se marchó
en cada pieza dejó
agua del Tajo y Guadiana.
Año 7, Nº 84, 15 de agosto, 2014. «Botijos de Almendralejo»
(Colección «Tesoros del Pueblo»)



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
COMO PIEZAS DEL BAZAR

Lo que nace del corazón
 llega al corazón.

L. V. Beethoven

Por el salón hago entrada
entre sorpresas y asombros.
De estola, sobre los hombros
suaves de la madrugada;
y de forma inesperada
el tiempo hizo cambiar
mi regreso al despertar
cada amanecer, y hoy
junto a mis rimas estoy
como pieza en el bazar.

El espacio convertido
en mundo inimaginado,
laxo, libre, abigarrado,
que recuerda lo vivido
cuando, en lírico sonido,   
abre el silencio difuso
la música que compuso
Verdi para Rigoletto,
y en las arias del libreto
la voz de Enrico Caruso.

Año 8, Nº 85, 19 de septiembre, 2014. «Bazar de antigüedades».


CUENTOS DE LA MADRUGADA.
HÉRCULES, TIEMPO Y SONIDO PARA DOCE TRABAJOS

La noche llega… pasea
sobre la pieza y recrea
atrapados en su encanto
al Jabalí de Erimanto
y a la Cierva Cerinea.

La pieza es una secreta
unión, sonido y horario.
Un semidiós legendario,
doce trabajos su meta.
Complicada la receta
para restaurar su honor
ante el dedo acusador
de la délfica sibila,
quien, celosa, recopila
cada acción del vencedor.

Año 8, Nº 89, 22 de enero, 2015. «Reloj de mesa».


CUENTOS DE LA MADRUGADA
FANTÁSTICA POSTAL DE LA BATALLA DE MAL TIEMPO

Para Gregoria Márquez Águila, conocida por «Abuela Vieja»
(Mayo, 1884-Marzo, 1987)

En el cofre de abuelita
es noche de fantasía
y antes de llegar el día
un lugar para la cita,
con la magia que me invita
a aclarar el acertijo,
mientras la vista dirijo
sobre una postal añeja
donde está mi «Abuela Vieja»
(y olvidé que me lo dijo).

A la casa de Gregoria
en la finca Flor de Mayo
llega Gómez a caballo,
jinete de la victoria;
y en esa ruta de gloria
el tiempo curioso halla,
tras el humo y la metralla
que surgen de una postal,
a mi abuela excepcional
testigo de la Batalla.

Año 8, Nº 90, 20 de febrero, 2015. «Tarjetas postales [de la Guerra de Independencia]».
_____
NE. La autora se inspiró en una postal imaginaria, testimonio de la época.



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
DOS DÉCIMAS EN PAX DE DEUX

Adagio y dos variaciones para Alicia.

Azari es el partener
de la noche en paso a dos.
Tiene en los brazos, el Dios,
la pericia para hacer
su levantada, y volver
el grácil cuerpo que gira
al tabloncillo, y expira
su zapatilla dorada.
Y cuenta la madrugada
que el universo suspira.   

De Petipa, el difundido
Adagio y dos variaciones,
hermosas ejecuciones
con rosas en el vestido.
Gran paso a dos, conocido
en Giselle, acto segundo.
Coda que llega profundo,
giros y delicadeza,
y en la magia de la pieza
danza la Reina del Mundo.*

Año 8, Nº 92, 17 de abril, 2015. «Bailarina».

*La autora ajustó la rima y la medida a la pronunciación del idioma original.



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
DÉCIMAS COLOR PASTEL*
           
Entrega y habilidad
en la obra se atesora
al pintar a la escultora
elegante en sobriedad.
Un criterio de bondad
con estilo tan pulido
es el sello definido
en el uso de la gama
que destaca Valderrama,
maestro de colorido.

¿Pañuelo celeste al cuello?
Mezcla de blanco y azul
¿de muselina o de tul?
Contraste, luz y destello.
Frente al color del cabello
degrada el tono en la piel,
blanco y naranja, para el
vestido en suave salmón,
y llega la inspiración
por un sendero al pastel.

Año 8, Nº 93, 15 de mayo, 2015. «Retrato de Emma Ordoqui», de Esteban Valderrama Peña (Matanzas, 1892 – La Habana, 1964).

* Recordando también a Maurice Qentin de La Tour «El Príncipe de los Retratistas»
(Francia, 1704-1780).



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
DÉCIMAS DE CRISTAL SOPLADO

Disfruto la madrugada
luminosamente bella
a bordo de una botella
entre suspiros lograda.
Rutilante, modelada,
todo un reino de cristal.
Magia y realidad virtual
donde la luna y la brisa
inspiran a una poetisa
que sueña el mundo real.

Año 8, Nº 96, 21 de agosto, 2015. «Carroza real. Siglo xviii» [Botella con carruaje adentro]. Colección  «Tesoros del Pueblo».



Cuentos de la madrugada.

PERDURABLE FOTO DE UNA CONDESA

La creación es un camino
y lo perdurable su meta.

Entre estrofas de poesía
diciembre, por pasajero,
para saludar a enero
una Condesa exhibía.
Antigua fotografía
de años mil ochocientos.
Gratas memorias, momentos
en la imagen de la pieza
que me brindó, por sorpresa,
la madrugada en sus cuentos.

Año 9, Nº 101, 18 de diciembre, 2015. «Condesa de Merlín» [fotografía].



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
DÉCIMAS DE PORCELANA PARA DOS ÁNFORAS

Del animismo se nutre mi lira...
y a la inversa.

Me gusta el azul cobalto
que va cubriendo su piel
y el amarillo pastel
debajo del cuello alto.
Causándome sobresalto
al filo de la mañana,
la noche me busca ufana
hasta que logra encontrar
las piezas que han de inspirar
mis versos de porcelana.

Año 9, Nº 102, 15 de enero, 2016. «Château de Blois».



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
AMORES DE  MEDIANOCHE

El amor es lo más cuerdo de la locura.

Frente a la feliz oferta,
el amor (mágica llave)
presiona girando suave
el cerrojo de la puerta;
y la casa, así abierta
en sus aires de colores
se luce, con los amores
que las flechas de Cupido
le ofrecen, como vestido,
entre ánforas y flores.

Año 9, Nº 103, 19 de febrero, 2016. «Flores para el amor» [Exposición]



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
IMPERIO 2

Con destellos de luceros
me acoge la Sala Imperio

Ante dos joyas preciadas
estoy en la Sala Imperio
por un compromiso serio
que cumplo en las madrugadas.
Ante dos piezas aladas
de saludable esplendor.
Y, en una muestra de humor,
en el carcaj de Cupido
el Tiempo ríe escondido
con dos niños y una flor.

La luz de los medallones
que brilla en la madrugada
les dibuja, a mano alzada
con versos, sus perfecciones.
La variedad de sus dones
que, por mágica excepción
disfruto en exhibición,
va fluyendo como estela
de luz, y la pasarela
es pura imaginación.

Año 9, Nº 104, 8 de marzo, 2016. «Medallones»



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
CON AROMA DE CAFÉ

Degusté un café oscuro
con sabor a luz de luna.

Saluda la primavera
el encuentro de Cupido
con el café bien servido
en hermosa cafetera.
Porcelana de Baviera
asegura los sabores
tras la luz de los colores
que mantienen mi desvelo,
y en las manos del chicuelo
las tazas parecen flores.

Año 9, Nº 105, 15 de abril, 2016. «Juego de café».



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
CON VERSOS EN CANEVÁ

Guardo recuerdos bordados
por unas manos divinas.

Abuela bordó un dechado
con los hilos de mi tía
en el que me guardaría
los recuerdos del pasado.
Hermoso punto cruzado
y variedad de ropaje
son mis escoltas del viaje
para llegar al Museo
y encontrarme con Morfeo
sobre su manto de encaje.

Dejó la aguja su huella,
cruz, realce en deshilado.
Urdimbre para el bordado.
Fibra y colores destella
toda puntada, que ella
bordó con gusto divino
para adornar el camino
en las rutas de mi infancia
con la serena elegancia
de su punto florentino.

AÑO 9, Nº 106, 20 de mayo, 2016. «Dechado». TERCER PREMIO.



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
DE LA SIERRA A SANTA CLARA

En la historia del pasado
la novedad es un reto.

La mano tierna reposa
cuando acaricia el pincel
para obsequiar un Fidel
a la pupila curiosa.
Y en la sensación pasmosa
que esta imagen me depara
disfruto, cual si brotara
—de su verde camuflaje—
el caguairán a su traje,
y a la boina, Che Guevara.

Año 9, Nº 107, 19 de agosto, 2016. «S/T» [Fidel Castro joven, con la boina del Che], pintura de Adela María Suárez.



CUENTOS DE LA MADRUGADA.
RIMAS EN MI BEMOL PARA UN LÚDICO VIAJE

Para aliviar un poco la espina de Waterloo.

Ligera en su blanco traje
me espera la madrugada,
la una y media pasada
con la noche en su carruaje.
Copiloto soy del viaje,
abducida de inmediato.
Sin anuncios ni boato
por el aire me despliego
y por Internet navego
junto al Corso, sobre un plato.

Año 10, Nº 109, 28 de octubre, 2016.
«Plato decorativo» [ilustrado con la Batalla de Wagram]